Los investigadores querían resucitar un mamut… crearon algo más
En su afán por revivir al mamut, los investigadores han dado el primer paso… pero en ratones. Y el resultado es, cuanto menos, inesperado.
Crearon un ratón lanudo
Durante varios años, un ambicioso proyecto científico ha cobrado protagonismo: la resurrección del mamut lanudo, desaparecido hace unos 4.000 años. Este sueño de «desextinción» (la generación de especies representativas de especies extintas – nota del editor) moviliza a genetistas, biólogos e ingenieros de diversos ámbitos. Antes de tocar el ADN de un elefante, los investigadores deben experimentar. Y su última creación, fruto de un cruce tecnológico con ratones, abre una sorprendente nueva vía: la del ratón lanudo.
Una prueba a tamaño real en un pequeño conejillo de indias
En lugar de manipular directamente embriones de elefante —un proceso complejo y prolongado—, los científicos de la empresa biotecnológica Colossal Biosciences prefirieron utilizar un modelo de laboratorio: el ratón. De rápida reproducción, genéticamente reconocido y más fácil de modificar, ofrecía un campo de pruebas ideal (si dejamos de lado la cuestión del bienestar animal) .
Su objetivo: evaluar una serie de genes asociados con las características del mamut lanudo, como el grosor, la textura, el color y la posible resistencia al frío del pelaje. ¿El resultado? Los cobayas genéticamente modificados quedaron cubiertos de una gruesa capa de pelo castaño dorado, mucho más densa que la de sus congéneres comunes.
Genes antiguos reactivados
Los investigadores utilizaron células madre pluripotentes inducidas (iPSC), una tecnología que permite reprogramar células adultas para convertirlas en células capaces de transformarse en cualquier tipo celular. Al modificarlas con secuencias de ADN del mamut —o, más precisamente, con genes similares presentes en el archivo genético—, lograron recrear algunos de los rasgos típicos del animal extinto en ratones.
Uno de los genes analizados, conocido por influir en el crecimiento del pelo, podría haber triplicado el volumen del pelaje. Otros genes podrían influir en la adaptación al frío, aunque los investigadores aún no pueden confirmar si estos roedores pueden sobrevivir a temperaturas extremas.
Un paso simbólico, pero todavía no revolucionario
Si bien se trata de un logro técnico impresionante, los resultados deben matizarse. Como señaló Robin Lovell-Badge, especialista en células madre del Instituto Francis Crick de Londres : «Son solo ratones peludos. Parecen adorables, pero no sabemos nada sobre su fisiología ni su comportamiento».
En otras palabras, estos avances no garantizan en absoluto la viabilidad de un «mamut moderno» a corto plazo. Sin embargo, ofrecen un campo de pruebas real, que permite probar modificaciones genéticas antes de pasar a especies más grandes, como el elefante asiático.
Un objetivo fijado para 2028
Colossal Biosciences, que lidera el proyecto, tiene clara su ambición: crear un mamut híbrido para finales de 2028. La idea no es clonar un mamut idéntico, sino crear un elefante resistente al frío, incorporando genes seleccionados para permitir su reintroducción en zonas como la tundra siberiana.
Este proyecto plantea numerosas preguntas éticas, ecológicas y científicas. ¿Podemos realmente hablar de resurrección? ¿Cuáles serían las consecuencias para los ecosistemas? La perspectiva de una «desextinción» selectiva es tan fascinante como desafiante.
El ratón lanudo marca así un supuesto paso simbólico en el largo camino hacia la biología de la reconstrucción. Si el mamut algún día regresa a pisar el gélido suelo siberiano, sin duda se lo deberá, en parte, a un pequeño ratón de espeso pelaje.
Fuente: msn.com