Las neuronas artificiales también necesitan dormir
Al igual que los cerebros humanos necesitan el adecuado descanso para funcionar bien, las redes neuronales artificialees también precisan “dormir”, según señala un nuevo estudio.
No conocemos qué sueñan los cerebro artificiales o si podrán hacerlo algún día, pero sí que las redes neuronales basadas en IA precisan tiempo de descanso, según un nuevo estudio realizado por científicos del Laboratorio Nacional de Los Alamos.
«Nos fascinó la posibilidad de entrenar a un procesador neuromórfico de manera análoga a cómo los humanos y otros sistemas biológicos aprenden de su entorno durante el desarrollo infantil», desveló el científico informático Yijing Watkins, uno de los responsables del estudio. Al igual que sucede con nuestros cerebros, los investigadores observaron que las simulaciones neuronales se volvieron inestables después de un largo período de autoaprendizaje sin descanso. Sin embargo, cuando estas simulaciones se colocaron en estados de sueño, la estabilidad se restableció.
«Era como si le estuviéramos dando a las redes neuronales el equivalente a una buena noche de descanso», dijo Watkins, abordando el paralelismo entre el cerebro humano y el de las máquinas, cada vez más avanzado y complejo gracias a tecnologías como el machine learning o el deep learning.
La parte más complicada de la investigación, según Garrett Kenyon, coautor del estudio y científico informático en Los Alamos, fue hallar la forma de evitar que las redes neuronales se vuelvan inestables, ya que este problema solamente surge cuando se intenta utilizar procesadores neuromórficos biológicamente realistas o cuando se trata de entender la biología en sí.
«La gran mayoría de los investigadores de aprendizaje automático, aprendizaje profundo e inteligencia artificial nunca encuentran este problema porque en los sistemas muy artificiales que estudian tienen el lujo de realizar operaciones matemáticas globales que tienen el efecto de regular la ganancia dinámica general del sistema».
El último recurso del equipo para tratar de mantener las redes estables fue investigar cómo simular un estado de sueño para los cerebros artificiales. El ruido fue la respuesta. Crear un ruido similar a la estática que escuchas al sintonizar una estación de radio hizo el truco. Para ello, se sirvieron del denominado ruido gaussiano, que implica un amplio rango de frecuencias y amplitudes. Esta clase de sonido contribuye a que las redes neuronales se estabilicen y no alucinen, proporcionando el descanso necesario.
Fuente: computerhoy.com