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Las aletas de peces y los dedos humanos se forman mediante genética similar

Las aletas de los peces y los dedos humanos se forman mediante mecanismos genéticos similares, a pesar de que estas estructuras son muy diferentes, según ha revelado un estudio realizado por un equipo de investigadores del CSIC mediante experimentación en el pez medaka y el ratón.

El investigador del CSIC en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo Javier López-Ríos ha explicado que un cierto linaje de peces fue “capaz de conquistar el medio terrestre hace más de 350 millones de años” y esos primeros tetrápodos son los ancestros de todos los anfibios, reptiles, aves y mamíferos actuales, incluyendo a los seres humanos.

Entre otros cambios, estos animales desarrollaron pulmones que les permitían extraer el oxígeno del aire, mientras que sus aletas, adaptadas a la natación, se transformaron en patas robustas que les permitieron caminar en el medio terrestre.

El gen Gli3 es el que controla el número de dedos que se forman, si disminuye su actividad se forman menos de cinco y si la vía está más activa, se forman más de ese número.

Los investigadores Joaquín Letelier y Silvia Naranjo se preguntaron qué ocurre si se inactiva ese gen en los peces que no tienen dedos, algo que se hizo en el pez medaka, un pez de origen japonés y separado evolutivamente de los tetrápodos por más de 400 millones de años de evolución.

Los peces que carecen de la actividad Gli3 desarrollan aletas mucho más grandes, con muchos más huesos, lo que recuerda a la polidactilia que aparece en ratones y humanos cuando el gen no funciona correctamente, ha señalado López-Ríos.

La conclusión es que mediante métodos moleculares y genéticos las aletas de los peces y los dedos humanos se forman mediante mecanismos parecidos, pero no idénticos, y que nuevos genes se incorporaron y controlan el desarrollo de la extremidad para dar lugar al esqueleto de los brazos y piernas humanos.

Estos estudios revelan que la función primigenia de la vía Shh-Gli3 era controlar el tamaño de las aletas y que ésta función se ha mantenido en las aletas de los peces y los dedos de los tetrápodos, lo que indica que, al contrario de lo que se pensaba, existe una relación ancestral muy profunda entre estas estructuras.

La investigación, publicada en la revista PNAS, ha sido resultado de una colaboración entre el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, instituto mixto del CSIC, la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y la Junta de Andalucía, con la colaboración de la Universidad Mayor, en Santiago (Chile), y del prestigioso paleontólogo Neil Shubin, de la Universidad de Chicago.

Fuente: EFE