La primera momia egipcia embarazada conocida murió de cáncer
Los investigadores creen que el primer ejemplo conocido de una momia embarazada probablemente murió de cáncer de carcinoma nasofaríngeo o cáncer de nasofaringe
La denominada como la “Dama Misteriosa”, la egipcia antigua de 2000 años de antigüedad cuyo útero contenía un feto no nacido extremadamente bien conservado, la primera conocida en el mundo, probablemente murió de lo mismo que mucha personas en la actualidad: de cáncer.
Así lo refleja un nuevo estudio publicado por investigadores liderados por el profesor Rafał Stec del Departamento de Oncología de la Universidad de Medicina de Varsovia. Según explicó en un comunicado:
Los cambios inusuales en los huesos nasofaríngeos de la momia no son típicos del proceso de momificación. Además, un equipo de radiólogos que analizaba los resultados de la tomografía computarizada descubrió la posibilidad de cambios tumorales en los huesos.
Dicho de otra forma, los investigadores creen que el primer ejemplo conocido de una momia embarazada probablemente murió de cáncer de carcinoma nasofaríngeo o cáncer de nasofaringe, que se forma en las fosas nasales. Para verificarlo, esperan recolectar más muestras de tejido. Luego, se compararán con muestras de muchas otras momias egipcias que se conservan en museos y laboratorios de Reino Unido y Estados Unidos.
Según le explicaron a IFLScience Wojciech Ejsmond y Marzena Ozarek-Szilke, codirectores del Proyecto de la Momia de Varsovia:
En las tomografías computarizadas se puede ver un pequeño cambio patológico, de unos 7 milímetros de diámetro, una lesión redonda que rodea un espacio vacío, en el hueso detrás de la órbita izquierda. Lo más probable es que se trate de un cambio causado por un tumor, posiblemente un sitio metastásico. Este tipo de cambios metastásicos en los huesos del cráneo se dan, entre otros, después de un adenoma, pero si fuera este tipo de tumor, las pruebas histopatológicas nos darían una respuesta definitiva. Además, hay grandes cavidades en los huesos de la cara, incluida la cavidad nasal, los senos maxilares y la parte palatina de los huesos maxilares. Los cambios en los huesos craneofaciales se corresponden con el cáncer nasofaríngeo en pacientes modernos.
La idea de fondo es encontrar los orígenes antiguos del cáncer y verificar que, en efecto, pudo haber sido común en el antiguo Egipto. Según los autores del nuevo estudio:
Nuestro análisis de esta momia podría contribuir al desarrollo de la medicina moderna al revelar la firma molecular del cáncer que se puede comparar con los cánceres que ocurren actualmente. Pero el próximo paso hacia este ambicioso objetivo requiere un análisis genético completo del tejido canceroso encontrado en la momia femenina del antiguo Egipto.
En cualquier caso, hablamos de una investigación que tardará varios meses en completarse, como mínimo hasta finales de este año, con el que se buscan nuevos avances relacionados con el diagnóstico temprano y el tratamiento del cáncer.
Fuente: gizmodo.com