La misión espacial que lanzarán para mapear el agua de la superficie de la Luna
Este jueves 27 de febrero se lanzará la sonda Lunar Trailblazer, con la que se busca determinar la cantidad de agua que hay en la superficie de la luna y sus ubicaciones
Para el próximo jueves 27 de febrero está programado el inicio de una misión espacial Lunar Trailblazer, que se espera que dure dos años. Desde Florida, en un cohete Falcon de la compañía Space X, se lanzará una sonda construida por investigadores de Reino Unido y Estados Unidos, cuyo objetivo es cartografiar el agua en la superficie de la Luna.
Los ingenieros espaciales esperan determinar cuánta agua hay cerca de la superficie lunar e indicar sus principales ubicaciones. “Se trata, ante todo, de una misión científica”, cita The Guardian al profesor Neil Bowles, líder del equipo de físicos de la Universidad de Oxford que construyó uno de los principales instrumentos de la misión. “Sin embargo, también debería revelarnos cómo se transporta el agua a través de la superficie lunar, lo que tiene implicaciones para la futura exploración lunar por parte de los humanos”.
Los astrónomos seguirán de cerca el avance de la sonda, pues estiman que el agua lunar podría jugar un papel clave para establecer colonias de personas en el satélite. A través de la energía solar, el agua podría transformarse en los elementos que la componen: hidrógeno, que podría usarse como combustible, y oxígeno, que permitiría que los astronautas respiraran.
Aunque históricamente nuestro satélite natural ha sido considerado árido, los científicos tienen indicios sólidos de que hay grandes cantidades de agua en la Luna. Como informamos hace un tiempo en El Espectador, científicos de la Academia Nacional de Ciencias China (CAS), en colaboración con dos investigadores europeos, hallaron pequeñas cantidades de agua en vidrios de impacto, es decir pequeños granos de diferentes colores que se formaron a altas temperaturas tras choques de meteoritos, en muestras enviadas a la Tierra desde la Luna por la sonda Chang’e 5.
En ese entonces, señaló el equipo, se estimó que el agua en la Luna podría estar presente de dos formas: en su variante molecular, con dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, y también podría encontrarse como hidroxilo, solo con un átomo de hidrógeno y otro de oxígeno.
Aunque hasta hace poco se creía que las moléculas de agua traídas a la Luna por meteoritos eran descompuestas por la luz solar, varias sondas robóticas han descubierto que el agua, principalmente en forma de hielo, se encuentra en grandes cantidades en algunos cráteres profundos y con sombra permanente, con los indicios más sólidos en el polo sur lunar.
Los hallazgos fueron impulsados por la sonda india Chandrayaan-1, la cual descubrió, en 2009, que había rastros de agua en la superficie de la Luna, lejos de los polos. De acuerdo con Bowles, “fue una gran sorpresa que cambió nuestras percepciones de lo que podríamos encontrar en la Luna. Sabemos que hay agua en los polos, pero no estamos seguros de cómo llegó allí. Creemos que hay una especie de ciclo del agua en la Luna, igual que en la Tierra, aunque en el caso del de la Luna no tiene nada que ver con las nubes o la lluvia”.
Chandrayaan-1 no contaba con el rango espectral necesario para mapear la totalidad del agua en la superficie de la luna, por lo que Lunar Trailblazer se ha diseñado con ese fin. Durante la misión, contará con dos instrumentos: un escáner infrarrojo para localizar el agua y otras características geológicas, y un mapeador térmico, una cámara de calor diseñada por Bowles y sus compañeros.
A ojos del investigador, hay dos posibles explicaciones para la presencia del agua en la superficie lunar. Por un lado, puede que sea transportada por cometas o meteoritos que golpean a la Luna y liberan una gran cantidad de agua que posteriormente se condensa en “trampas frías” en los polos. Otra hipótesis es que se formen capas de agua delgadas por reacciones en el suelo del satélite. “Sin embargo, no sabemos cómo se desplazaría el agua y se acumularía en los depósitos de hielo. Eso es lo que estamos tratando de averiguar”, afirma Bowles. La misión también podría dar luces sobre lo que sucede en otros ambientes similares, como Mercurio.
Pero Lunar Trailblazer no será la única nave espacial que se lanzará al espacio este jueves. También despegará la misión principal del cohete, IM-2 de la empresa estadounidense Intuitive Machines, que se espera que aterrice en la Luna para perforar bajo su superficie en un intento por hallar agua.
Fuente: elespectador.com