Inyectar diamantes en el cielo: la última propuesta para enfriar la Tierra
Un estudio ha encontrado la solución a la inminente crisis climática llenando la atmósfera con toneladas de polvo de diamante que reflejarán el calor de la Tierra
La ciencia ha buscado todo tipo de opciones para enfriar la Tierra y evitar los efectos del cambio climático, pero han ignorado una solución propia de una película de ciencia ficción: inyectar diamantes en el cielo.
Sandro Vattioni ha liderado un estudio de la ETH de Zúrich (Suiza) para encontrar un material idóneo para el método de inyección de aerosol estratosférico (SAI). Esta técnica pretende enfriar la Tierra con nanopartículas de diamante, aunque hay un problema… costaría unos cientos de billones de euros.
La idea de evitar una futura catástrofe climática es ambiciosa, pero la ciencia necesita encontrar una forma viable. El estudio publicado en Geophysical Research Letters se ha puesto en el peor de los escenarios y la única solución es encontrar un material reflectante que ayude a neutralizar el exceso de gases de efecto invernadero.
Llenar la atmósfera de dióxido de azufre o polvo de diamante
El dióxido de azufre (SO2) es un gas accesible en la Tierra que se puede conseguir a partir de las emisiones volcánicas. La simulación de Vattioni y su equipo de investigadores demuestra que lanzar decenas de millones de toneladas de este gas a la atmósfera disminuiría un par de grados la temperatura del planeta.
El dióxido de azufre no es la mejor opción a largo plazo y habría que preocuparse por las consecuencias. La capa de ozono se debilitaría, se alterarían las corrientes de aire, la estratosfera se calentará y podría darse lluvia ácida en la Tierra.
Después de analizar otros siete aerosoles, los científicos han vuelto al punto de partida con los diamantes. Al inicio del estudio no habían tenido en cuenta que las partículas se unen cuando están suspendidas en la atmósfera, solo es necesario conseguir el tamaño y cantidad perfecto para que no se asocien: 5 millones de toneladas con trozos de 150 nanómetros de ancho.
Los fragmentos de diamante son tan pequeños que se mantienen en el aire durante el tiempo necesario sin unirse o reaccionar con otros materiales para generar fenómenos como la lluvia ácida.
El equipo de investigadores estudia si podrían utilizar dióxido de azufre sin que se asocie como ocurre con el diamante. El coste de una megatonelada de SO2 es de 250 dólares frente a los 600.000 dólares del polvo de diamante. El proyecto costaría cientos de millones de dólares.
Fuente: computerhoy.20minutos.es