Investigadores chinos descubren por primera vez minerales de tierras raras cristalizados dentro de una planta viva, posible alternativa verde a la minería tradicional

Equipo chino-estadounidense demuestra que helechos pueden formar monacita a temperatura ambiente, abriendo paso al fitominería funcional.

  • Descubrimiento inédito: minerales raros en planta viva.
  • Proceso natural, sin calor ni presión.
  • Uso de plantas hiperacumuladoras.
  • Alternativa ecológica a la minería tradicional.
  • Avance en fitoextracción de tierras raras.
  • Potencial para minería limpia y circular.

China logra extraer minerales de tierras raras directamente de una planta viva

Un equipo de científicos liderado por China ha documentado por primera vez la formación natural de un mineral con elementos de tierras raras (ETR) dentro de una planta viva. El hallazgo, publicado en la revista Environmental Science & Technology, tiene implicaciones profundas para la minería sostenible y el desarrollo de nuevas estrategias de extracción respetuosas con el medio ambiente.

Un hallazgo pionero con implicaciones globales

El mineral identificado es monacita, una fuente estratégica de ETR como el cerio, lantano y neodimio, fundamentales para fabricar turbinas eólicas, imanes permanentes, vehículos eléctricos y tecnología láser. La gran sorpresa es que este mineral se cristalizó a escala nanométrica dentro de los tejidos de un helecho, Blechnum orientale, sin necesidad de condiciones extremas de presión o temperatura.

Hasta ahora, se creía que estos minerales solo se podían formar mediante procesos geológicos intensos. Pero este estudio demuestra que la naturaleza —y más concretamente algunas plantas— puede hacer el mismo trabajo a temperatura ambiente y a nivel del suelo. Un proceso biológico, espontáneo y ordenado que los investigadores comparan con un “jardín químico”.

El papel clave de las plantas hiperacumuladoras

El helecho estudiado no es un vegetal cualquiera. Pertenece al grupo de las plantas hiperacumuladoras, capaces de absorber metales del suelo en concentraciones hasta mil veces superiores a las normales. En el caso de B. orientale, los científicos observaron que los elementos de tierras raras se acumulaban sobre todo en sus hojas, donde luego cristalizaban en forma de monacita.

Este mecanismo sirve a la planta como sistema de defensa y desintoxicación, evitando que metales no nutritivos entren en sus células. La mineralización ocurre en los tejidos extracelulares, lo que además permite extraer estos minerales sin dañar el metabolismo vegetal.

Fitoextracción: minería verde con potencial real

Esta investigación no solo revela un fenómeno biológico extraordinario. Confirma el potencial del fitominado (o phytomining), una técnica emergente que propone cultivar plantas en suelos ricos en metales para después recolectarlas y recuperar los elementos valiosos directamente de la biomasa.

Frente a la minería convencional —que destruye ecosistemas, emite gases contaminantes y genera residuos tóxicos—, el fitominado ofrece una alternativa regenerativa y de bajo impacto. Puede aplicarse en suelos contaminados, explotaciones abandonadas o zonas donde la minería convencional es inviable por razones geopolíticas o ambientales.

Ya existen proyectos piloto en países como Australia, Malasia y Filipinas, donde se ensaya la recuperación de níquel y cobalto a través de este tipo de cultivos. Ahora, con esta evidencia concreta de que también es posible mineralizar tierras raras dentro de plantas, se abre una nueva vía para extraer recursos críticos sin excavar un solo metro de tierra.

Tecnología limpia para un recurso sucio

El mercado de tierras raras ha estado históricamente vinculado a impactos ecológicos severos. Las técnicas de extracción y refinado generan residuos ácidos y radiactivos. Además, más del 60 % de la producción mundial depende de China, lo que introduce riesgos de concentración geopolítica.

Este descubrimiento permite imaginar un modelo de producción más diversificado, descentralizado y compatible con la regeneración ambiental. Al poder cosechar metales directamente de las plantas, se reducirían las emisiones, el consumo de agua y la degradación del suelo, al tiempo que se restauran zonas degradadas mediante vegetación útil.

Potencial

El avance no es solo botánico o químico. Es una pista real hacia un modelo industrial distinto:

  • Recuperación de tierras raras desde residuos mineros o suelos contaminados, usando especies vegetales seleccionadas.
  • Integración de fitominado en estrategias de remediación ambiental, dando doble uso a los cultivos: limpieza y extracción.
  • Reducción de la huella ecológica de sectores dependientes de tierras raras como la energía renovable, la electrónica o la defensa.
  • Desarrollo rural con valor añadido, al convertir terrenos marginales en campos productivos para bioextracción.

No se trata de reemplazar toda la minería tradicional de un día para otro. Pero sí de sumar herramientas que permitan hacerla más justa, limpia y circular. Porque si una planta puede crear un mineral de tierras raras sin contaminar, la tecnología humana también debería estar a la altura.

Fuente: ecoinventos.com

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