CienciaDestacada

Hombre de Piltdown: El fraude del eslabón perdido de Darwin

El Hombre de Piltdown representa el mayor fraude en la historia de la paleoantropología. Por casi 40 años, desde que se anunciara su descubrimiento en 1912 hasta que se reconociera su falsedad en 1953, con cráneos que mezclaron huesos de humanos con aquellos de orangután, el mundo científico pensó que se trataba del eslabón perdido de la Teoría de la Evolución de Charles Darwin.

El Museo de Historia Natural de Londres recreó el año pasado una muestra cronológica sobre el hecho que sacudió a la historia moderna, destacando que en realidad nunca existió ningún eslabón perdido y que el fraude organizado, al mostrar falsas muestras, sirvió en la época para callar a quienes se oponían a los postulados del naturalista inglés.

Aun así, “El fraude de Piltdown” siempre fue un enigma para los antropólogos.

¿Qué motivó a los que intervinieron en él, para incluso limar un diente de orangután de 50.000 años, y presentarlo como de un semi humano de 500.000 años atrás? Es una pregunta que la sociedad se plantea aún en el presente.

Las investigaciones finalmente demostraron que no habían fósiles de hombre prehistórico, que los huesos eran humanos, más algunos de orangután de diferentes especies, teñidos para aparentar ser más antiguos.

El comienzo de una polémica

En Alemania, en 1856 se descubrieron los primeros fósiles de esqueletos humanos prehistóricos, y por sus características lo clasificaron como Neandertal.

En 1858 Charles Darwin presentó su teoría de la selección natural, y en 1959, publica El origen de la especies, teoría que impactó a la comunidad de la época al decir que el hombre evolucionó de los monos.

Las excavaciones encontraron en los años sucesivos, esqueletos humanos, como el Homo Erectus de Java y el Homo Heidelbergensis cerca de Heidelberg en Alemania, y ningún eslabón perdido.

Las raíces del engaño

En 1908, Charles Dawson, nacido en 1864, dijo que descubrió un fragmento, que se llamaría más tarde hombre de Piltdown.

En 1911, el arqueólogo aficionado dijo que encontró más fragmentos del cráneo junto con dientes fosilizados y herramientas de piedra.

El 14 de febrero Dawson contó que escribió a Arthur Smith Woodward, también nacido en 1864, explicándole su hallazgo.

Ambos se encontraron el 24 de mayo y el 2 de junio comenzaron las excavaciones junto a Teilhard de Chardin. En esta fecha encontraron otro pedazo de cráneo.

En julio la Asociación de Geólogos visitó las excavaciones de Piltdown y Dawson dijo que descubrió una mandíbula con dientes molares.

Los medios de prensa publicaron en noviembre los hallazgos, y el 18 de diciembre de 1912 Woodward Smith anunció oficialmente al Hombre de Piltdown en una reunión de la Sociedad Geológica de Londres.

“En 1912, el escenario estaba preparado para Piltdown. La Teoría de la Evolución era todavía relativamente nueva y no todo el mundo quería creer que los humanos descienden de los monos”, relata el Museo de Historia de Londres.

Pero la historia continuó en 1913, y Teilhard de Chardin reveló el 30 de agosto que encontró un diente canino, mientras que en 1914, halló una supuesta pieza de elefante fósil.

Por su parte Dawson dijo que encontró más piezas en 1915. Sin embargo, sus anuncios llegaron hasta allí porque en 1916 murió de septicemia a los 52 años.

La controversia fue grande

La comunidad científica no encontraba pruebas para probar la teoría de Dawson y Darwin, y paralelamente continuaron sus investigaciones.

En 1944 muere Smith Woodward y en 1949, Kenneth Oakley ejecuta pruebas de flúor y se revela finalmente que los fósiles de Piltdown eran de 50.000 años y no de 500.000, e incluso algunas piezas más tarde revelarían trozos de 1000 años atrás.

En 1953 Joseph Weiner y Wilfrid Le Gros Clark se unieron con Oakley y descubren que el cráneo y la mandíbula provenían de especies totalmente diferentes.
Pruebas del engaño

El 21 de noviembre de 1953 el Museo de Historia Natural anuncia que el Hombre de Piltdown es un engaño.

Se descubrió que entre las cinco piezas de cráneo presentadas por Dawson, una supuestamente entregada por otro hombre en 1908 y otras de 1911 y 1912, probablemente se tiñeron con sulfato de hierro, para adquirir el color marrón característico.

Se comprobó que no tenían 500.000 años como anunciaron antes, sino solo 1000 años de antigüedad y son humanos comunes modernos.

Una mandíbula encontrada por Dawson, que no es de características humanas pero con dientes similares a los humanos, y que fue anunciada de 500.000 años atrás, se descubrió que en realidad era de un orangután y los dientes habían sido cuidadosamente limados para dar la apariencia de desgaste de los humanos.

El diente canino presentado por Teilhard de Chardin más tarde, que fue usado para confirmar la teoría del eslabón perdido, como un tamaño entre humano y orangután, fue en realidad teñido a la antigua, con un pigmento llamado Vandyke Brown.

Respecto a la reconstrucción del cráneo se descubrió que la mandíbula realmente pertenecía a dos especies diferentes de orangutanes.

Toda la variedad de piezas presentadas como evidencia de dientes de animales y herramientas de pedernal, se comprobó con flúor que habían sido puestos en el lugar y fueron manchadas artificialmente.

El fraude de Piltdown dejó en evidencia que nunca existió el eslabón perdido propuesto por la teoría de la evolución y presentado por Charles Dawson.

Fuente: lagranepoca.com