Hallan que tejido testicular congelado sigue siendo viable 20 años después
Sin embargo, no funcionan tan bien como las células reproductivas frescas
El tejido testicular masculino que se congela se puede reimplantar después de más de 20 años y producirá esperma viable, aunque no de la misma calidad que el de las células reproductivas frescas, según un nuevo estudio.
La congelación de células germinales puede ser útil no solo para las personas que desean extender su período reproductivo, sino también para las que todavía no han alcanzado la madurez suficiente.
Este problema es especialmente agudo en niños con diagnósticos oncológicos. Los médicos les recetan una terapia que puede dañar cualquier célula del cuerpo que se divida rápidamente, incluidas las células sexuales.
Para que estos niños tengan la oportunidad de tener sus propios hijos cuando superen la enfermedad y crezcan, es posible congelar sus células germinales antes de la terapia.
Crioconservación prolongada
Estas células tendrán que pasar en estado de crioconservación durante al menos años, e incluso décadas. Y todavía no está del todo claro si esas células pueden sobrevivir a un período tan largo periodo de congelación.
Se sabe que los embriones humanos congelados en las primeras etapas de desarrollo pueden sobrevivir congelados durante al menos 27 años. También que los espermatozoides humanos tienen una vida útil de al menos 40 años.
Pero un niño pequeño no tiene espermatozoides preparados, por lo que los predecesores de estos espermatozoides en el tejido testicular deberán congelarse. Y aún se desconoce cuánto tiempo pueden resistir en nitrógeno líquido y si serán funcionales después de la descongelación.
Experimento de laboratorio
Un grupo de científicos, dirigido por Ralph L. Brinster, de la Universidad de Pensilvania, decidió probar esto en ratones y ratas.
En su laboratorio se han conservado células madre espermatogoniales (precursoras de los espermatozoides) de rata, congeladas hace 23 años. A modo de comparación, tomaron células similares congeladas recientemente, hace de 1 a 4 meses, así como células frescas que no estaban congeladas.
Los investigadores descongelaron las células crioconservadas y las trasplantaron en testículos de ratones (una cepa especial de inmunodeficiencia que no desarrolla rechazo) que habían sido limpiados de sus propias células.
Y descubrieron que todas las células echan raíces, pero no todas iguales: después de una congelación prolongada, las células progenitoras pudieron poblar menos túbulos en los testículos y producir menos espermatozoides que las células frescas o las células sometidas a una congelación breve.
Trabajo en genes
A continuación, los investigadores decidieron verificar si estas células difieren mucho en el trabajo de los genes. Midieron la expresión génica en los progenitores de esperma inmediatamente después de la descongelación y compararon los resultados con células no congeladas.
Y descubrieron que la duración de la congelación no afecta en gran medida el trabajo de los genes, pero también que las células frescas difieren significativamente de las congeladas: la expresión génica varía mucho dependiendo de cuánto tiempo pasan las células en nitrógeno líquido.
Notaron el mismo efecto en el rendimiento de estas células: las que habían estado congeladas durante 23 años, producían menos espermatozoides diferenciados que las células precursoras recién congeladas y frescas.
De esta forma, los autores del trabajo, por un lado, comprobaron que incluso 23 años de congelación, las células progenitoras no pierden la capacidad de arraigarse en el interior del testículo y de producir células germinales.
Funcionan peor
Sin embarro, observaron también que, después de un período tan largo de almacenamiento, las células cumplen peor con sus funciones.
Por lo tanto, los investigadores advierten a sus colegas que trabajan con espermatozoides humanos que no extiendan los resultados obtenidos en las células después de la congelación a corto plazo, a las células después de la criopreservación a largo plazo.
Y también los instan a verificar no solo la viabilidad de las células después de la descongelación, sino también su funcionalidad, ya que surgieron problemas en las células congeladas a largo plazo después de la implantación en los testículos de los roedores.
Fuente: Tendencias21