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Hallan la bacteria más grande jamás descubierta: es observable a simple vista

Este peculiar organismo posee una célula gigantesca cuyo interior desafía todo lo que se sabía sobre estos seres vivos

Cuando se piensa en bacterias lo común es imaginar a seres de escala microscópica. Sin embargo, la naturaleza también nos maravilla con algunas de mayores proporciones. Una de ellas es Thiomargarita magnifica, una bacteria descomunal que puede medir hasta dos centímetros de largo y ser vista ante el ojo humano.

Para hacerse una idea de su gran tamaño, los científicos señalan que estas bacterias son 5.000 veces más grandes que sus pares. Además, se cree que podrían crecer aún más si ningún agente externo las dañan.

El peculiar organismo fue visto por primera vez hace 10 años en los manglares de Grand-Terre, en el Caribe, pero entonces se desconocía que era una bacteria. Ahora, un estudio preliminar del Instituto de Tecnología de Kyushu, en Japón, lo ha clasificado como una y ha revelado sus misteriosas características.

Un eslabón perdido en la evolución

La ciencia tradicional divide a los organismos en dos grupos según sus células: procariotas (unicelulares) y eucariotas (multicelulares). Ejemplos de los primeros son los microbios y las bacterias; en el caso de los segundos son los animales, plantas y hongos.

Además, las formas de vida eucariotas también difieren de las procariotas por su modo de almacenar su genomas. Mientras que el ADN de las procariotas flota libremente en su citoplasma, las eucariotas empaquetan su genoma en un núcleo.

Sin embargo, la colosal bacteria T. magnifica desdibuja la diferencia entre ambos tipos de organismos. Por esa razón, “podría ser un eslabón perdido en la evolución de células complejas”, en palabras de Kazuhiro Takemoto, biólogo computacional que participó en el estudio.

La única célula de T. magnifica posee dos sacos de membrana en su interior. La bolsa interna está compuesta de agua y la bolsa externa, ubicada en los bordes de la célula, contiene todo el ADN.

El saco de ADN —también llamado orgánulo— se mantiene adherido a la pared celular debido a que es aplastado por bolsa de agua. Además, T. magnifica tiene 11 millones de bases que albergan 11.000 genes, un número muy superior al de bacterias promedio.

Según los investigadores, el motivo del descomunal crecimiento de T. magnifica se debería a su saco membranoso de agua, que ocupa el 73% del volumen del organismo.

Anteriormente, también se había encontrado una gran bacteria de características similares que era compuesta por un saco gigante de agua y nitrato.

Para los investigadores, esta particularidad de T. magnifica les sugiere que quizás las dos ramas de la vida (procariota y eucariota) no son tan diferentes como se cree y que sería momento de redefinir sus conceptos.

“Con demasiada frecuencia, se piensa que las bacterias son formas de vida pequeñas, simples y ‘no evolucionadas’, las llamadas ‘bolsas de proteínas’. Pero dicha bacteria muestra que esto no podría estar mucho más lejos de la verdad”, dice Chris Greening, microbiólogo de la Universidad de Monash.

“Leer sobre esto me hace sentir exactamente lo mismo que cuando escucho sobre un enorme dinosaurio, o alguna estructura celestial que es imposiblemente grande, caliente, fría, densa o extraña de alguna manera”, sostiene Andrew Steen, un bioinformático de la Universidad de Tennessee.

Fuente: larepublica.pe