Finlandia descubre la pieza del rompecabezas que faltaba en la energía solar: ¡Cebollas!
Cada vez son más las empresas que se dedican a crear soluciones con energía solar, como estos increíbles paneles adhesivos, pero ¿Alguna vez pensaste que esas soluciones podían incluir cebollas? Sí, las cebollas que toda la vida hemos comido, podrían ser la pieza clave para las soluciones solares.
La creación de soluciones solares
Las energías renovables se han vuelto una pieza clave para poder generar electricidad sin contaminar nuestro planeta. Por eso cada vez son más las empresas interesadas en innovar utilizando estas energías.
En esa búsqueda de innovación, se ha vuelto muy popular la tecnología de celdas solares, una opción económica, sencilla y amigable con el planeta. Pero a pesar de su popularidad, esta tecnología tiene varios desafíos y uno de ellos son los temidos rayos UV.
Sucede que las celdas solares se exponen constantemente a los rayos UV, lo cual termina por disminuir su eficiencia y vida útil. Hoy en día se usan algunos materiales para protegerlas, pero estos son principalmente plásticos contaminantes que tardan mucho tiempo en degradarse.
Pero ahora, como solución a este problema, unos investigadores han desarrollado un nuevo filtro de protección para estas celdas y aunque suene una verdadera locura, estos filtros están hechos de cebolla y son muy eficientes.
Las cebollas llegan a revolucionar la industria solar
Investigadores de la Universidad de Turku, en Finlandia, han evaluado alternativas para solucionar este problema y descubrieron que la nanocelulosa tratada con extracto de cebolla roja ofrece una protección UV notablemente superior.
Pero ¿Qué es la nanocelulosa? Básicamente es un material biodegradable que se obtiene de la celulosa, descomponiendo sus fibras en escalas nanométricas. Este material permite bloquear los rayos UV, pero la idea de los investigadores era ir más allá.
Entonces, hicieron una comparación entre cuatro tipos diferentes de filtros UV elaborados con nanofibras de celulosa, lo cuales fueron tratados de 3 maneras distintas: Uno con extracto de cebolla roja, otro con lignina y otro con iones de hierro.
Los resultados son asombrosos
Para sorpresa de muchos, los resultados demostraron que el filtro que contenía extracto de cebolla roja fue el más eficiente, ya que logró bloquear el 99,9% de la radiación UV hasta 400 nm, superando incluso a los filtros comerciales basados en PET.
Por otro lado, para analizar su rendimiento a largo plazo, las células solares fueron expuestas durante 1000 horas a luz artificial, ya que esto simula aproximadamente un año de exposición solar en Europa Central.
Como resultado las propiedades UV del filtro de cebolla roja se mantuvieron constantes y por el contrario otros filtros, como el de iones de hierro, mostraron una degradación en su capacidad de transmisión de luz a lo largo del tiempo.
Muchas aplicaciones y altas expectativas
El filtro con extracto de cebolla fue probado en celdas solares sensibilizadas, ya que estas son más sensibles a la degradación, pero en realidad, este nuevo descubrimiento podría aplicarse a muchas otras tecnologías solares. El investigador Rustem Nizamov de la Universidad de Turku, afirmó lo siguiente:
«Estos resultados también son relevantes para la protección UV de otros tipos de células solares, como la perovskita y la fotovoltaica orgánica, así como para cualquier aplicación donde el uso de un filtro UV de origen biológico sea fundamental».
Como pudimos ver, este es solo el comienzo de la historia de las cebollas en la industria solar, ya que este estudio ha demostrado claramente su capacidad para bloquear los rayos UV, lo que así vez aumenta la eficiencia y la vida útil.
Además, la nanocelulosa es un material biodegradable, por lo que ayuda a disminuir el impacto ambiental y ahora, combinado con la magia de la cebolla, los resultados son impresionantes. Teniendo esto en cuenta, es muy probable que en un futuro las cebollas se utilicen en más soluciones solares.
Esta investigación sin duda será un gran avance para la industria solar y nos demuestra que las soluciones, muchas veces están donde menos pensábamos y otro ejemplo de ellos es la solución al problema de la energía eólica encontrada en los bosques.
Fuente: ecoticias.com