Este es el mundo de bacterias y otros microorganismos que habita en su microondas
La investigación actual describe por primera vez la composición bacteriana de 30 microondas de diferentes entornos (doméstico, doméstico de uso compartido y de laboratorio), para explorar las complejidades del microbioma de estos electrodomésticos. La recomendación: limpiarlos periódicamente
Los hornos microondas se han convertido en una parte esencial de la cocina. Todos tenemos uno, pero ¿sabemos que tienen estos electrodomésticos adentro? Muchos estudios han descrito las poblaciones microbianas (grupos de microorganismos que pueden incluir bacterias, arqueas, hongos, protozoos y virus) presentes en entornos como los botones de ascensor. Incluso hay investigaciones que lo han hecho en electrodomésticos como las cafeteras. Sin embargo, nunca se había hecho con un microondas, hasta ahora. Una investigación publicada en Frontiers revela el gran y robusto ecosistema que habita en su cocina.
La irradiación por microondas se ha utilizado durante décadas para reducir la presencia de microorganismos en los alimentos, prolongando su vida útil. Al generar calor, el microondas ayuda a que microorganismos como la Escherichia coli, Enterococcus faecalis, Clostridium perfringens, Staphylococcus aureus, Salmonella spp. y Listeria spp, que pueden generar enfermedad en los humanos, queden inactivos en los alimentos. Sin embargo, los microondas también son, en sí mismos, un gran nicho microbiano, es decir, entornos en donde se da forma a un microbioma específicamente adaptado a las condiciones de ese electrodoméstico.
Un microbioma es como se conoce al conjunto de microorganismos como bacterias, hongos, virus y otros microbios, que habitan en un ambiente específico, junto con su material genético y las interacciones que tienen entre sí y con su entorno. Los microbiomas se encuentran en una gran variedad de ambientes, incluyendo el suelo, los océanos, el aire, y dentro o sobre los cuerpos de plantas, animales y seres humanos. La investigación actual, entonces, describe por primera vez la composición bacteriana de 30 microondas de diferentes entornos (doméstico, doméstico de uso compartido y de laboratorio), para explorar las complejidades del microbioma de estos electrodomésticos.
Para hacerlo, se aislaron y estudiaron los microorganismos. En los cultivos se observó un crecimiento de 101 cepas bacterianas. Los investigadores encontraron cepas aisladas que pertenecían a géneros típicamente comensales y antrópicos como Bacillus, Micrococcus, Staphylococcus, Micrococcus y Brachybacterium. Los comensales son microorganismos que viven en simbiosis con otros organismos, como los seres humanos, sin causarles daño. Los antrópicos, por otro lado, a menudo se asocian con entornos influenciados por la actividad humana. Por ejemplo, pueden encontrarse en superficies que están en contacto frecuente con personas, como en el hogar, los hospitales, o en productos de cuidado personal.
Tampoco fue sorprendente encontrar microorganismos relacionados con la piel humana, que a menudo se encuentran en dispositivos artificiales con los que los humanos tenemos contacto frecuente. En algunas muestras, sin embargo, se identificaron cepas pertenecientes a géneros potencialmente patógenos para los humanos, como Klebsiella o Brevundimonas, que pueden llegar a producir infecciones o enfermedades en personas con sistemas inmunológicos comprometidos o en situaciones específicas. Klebsiella es conocida por causar infecciones en el tracto urinario, neumonía y otras infecciones nosocomiales, mientras que Brevundimonas puede estar asociada a infecciones en heridas y casos de bacteriemia.
También se hallaron especies como A. hydrophila , K. pneumoniae y E. cloacae, contaminantes comunes en varios hábitats relacionados con los alimentos y que, según los investigadores, plantean riesgos potenciales para la salud debido a sus propiedades patógenas y resistencia a los antibióticos. “Su presencia en los microondas, así como en otras superficies del entorno construido, sugiere la importancia de prácticas de limpieza regulares para mitigar los posibles riesgos para la salud, ya que la limpieza frecuente y adecuada con desinfectantes ayuda a prevenir la presencia de patógenos”, escriben en el estudio.
Los autores creen que se necesitan más investigaciones para estudiar las adaptaciones microbianas a los microondas. Por ejemplo, se conoce que la capacidad de las bacterias para tolerar altas temperaturas puede variar según la especie y la cepa. Acinetobacter, Pseudomonas, Delftia, Bacillus y Sphingobium son géneros de bacterias que exhiben un rango de tolerancia a altas temperaturas, sobreviviendo incluso por encima de los 50 °C. Nada de esto quiere decir que el microondas sea un reservorio patógeno al que haya que temer, pero sí que lo mejor que se puede hacer es limpiar el microondas de la cocina a menudo.
Fuente: elespectador.com