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Estas momias chinas escondían un secreto de récord: el queso más antiguo jamás hallado

Podríamos estar ante el origen de uno de los quesos más reconocidos en todo el mundo

Hace dos décadas, un grupo de arqueólogos descubrió varias momias en complejo funeriario de Xiahoe, localizado en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, donde descansan alrededor de 330 sepulturas. Este yacimiento del noroeste de China albergaba sorpresas entre sus antiguos inquilinos: algunas de las momias tenían una sustancia blanca pegada en sus cabezas y cuellos. Ahora, 20 años después, al fin podemos conocer de qué se trata,

El queso más antiguo del mundo proviene de China

La investigación, publicada en la revista científica Cell, ha podido comprobar que la sustancia blanca, que en un principio se sospechaba que pudiera ser algún tipo de lácteo fermentado, se ha desvelado como el queso más antiguo jamás hallado, en concreto un producto probiótico conocido habitualmente como kéfir.

Gracias a un proceso de extracción y análisis del ADN de la sustancia, algo impensable hace dos décadas, los científicos han podido arrojar luz sobre el descubrimiento y sobre unas momias que datan de hace entre 3.300 y 3.600 años. Qiaomei Fu, una de las coautoras del artículo científico, asegura que:

Esta es la muestra de queso más antigua conocida jamás descubierta en el mundo. Los resultados nos ofrecen nuevas perspectivas en nuestro conocimiento del estilo de vida, intercambios tecnoculturales, la interacción microbios-humanos en las poblaciones pasadas y nos abre una nueva puerta para explorar, a través de genomas microbianos, cómo los microbiomas se interconectaron con la biología y la cultura humana para influenciar la salud, comportamiento y calidad de vida del ser humano.

Entre los hallazgos más sorprendentes del estudio, podemos hablar de la identificación de ADN de vaca y cabra en las muestras, dado que parece que el pueblo Xiaohe usaba la leche de estos animales de forma separada, a diferencia de lo que ocurría en Grecia, por ejemplo, donde se mezclaban distintos tipos de leche.

Además, también se han conseguido recuperar muestras de ADN de microorganismos presentes en los quesos, confirmando así que estábamos ante un sustancia que podría asemejarse al actual kéfir. Entre las muestras se hallaron bacterias como la Lactobacillus kefiranofaciens y levaduras como la Pichia kudriavzevii.

Es por ello que parece que el origen del kéfir, que siempre se había situado en la región montañosa del Cáucaso Norte, actualmente territorio ruso, podría haberse desplazado hasta China. Qiaomei Fu asegura, en declaraciones recogidas por el medio New Scientist, que ‘el cultivo del kéfir se ha mantenido en la región de Xinjiang (…) desde la Edad de Bronce’.

Gracias a la labor de los investigadores, también sabemos que la bacteria Lactobacillus kefiranofaciens intercambió material genético con otras cepas, mejorando su capacidad de fermentación, consiguiendo adaptarse a sus huéspedes humanos. Es por ello, que parece que las bacterias modernas tienen menos posibilidades de desencadenar una respuesta inmunitaria en nuestros intestinos. Gracias a unas momias, embadurnadas en queso de hace miles de años.

Fuente: mundodeportivo.com