Encuentran en Arabia Saudí un dedo de hace 88,000 años que puede cambiar la historia de la humanidad
Es solo un dedo corazón solitario y huesudo, pero los científicos que lo encontraron dicen que es el fósil más antiguo directamente datado de nuestra especie que se haya encontrado fuera de África y el Levante, una región que hoy comprende a Israel, Siria, Líbano y Jordania. Pero el nuevo descubrimiento no está exento de críticos, que dicen que en otras partes existen pruebas más antiguas de asentamientos humanos, y que el dedo podría no ser humano.
En 2016, Iyad Zalmout, científico del Servicio Geológico de Arabia Saudí, participó en la excavación arqueológica de Al Wusta en el desierto de An-Nafud, antiguo emplazamiento de un antiguo lago de agua dulce en lo que hoy es un lugar árido, cuando decidió salir a dar un paseo.
El yacimiento se había descubierto dos años antes. Los arqueólogos encontraron huesos de animales fosilizados y trozos de herramientas de piedra (pistas tentadoras que insinuaban ocupación humana). Mientras caminaba, y en un momento de serendipia, Zalmout, un paleontólogo bien formado, vio un dedo esquelético que yacía en la arena. Reconociéndolo instantáneamente como humano, rápidamente llamó la atención de los líderes del proyecto, Huw Groucutt de la Universidad de Oxford y Michael Petraglia del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana.
Estupefactos, Groucutt y Petraglia se llevaron el hueso a su hotel para analizarlo más a fondo. Como la anatomía no era su fuerte, los arqueólogos buscaron otros dedos en Internet y lo compararon con los dedos de los neandertales y otros humanos llamados “arcaicos”. A partir de ahí, el dedo viajó a la Universidad de Cambridge, donde los especialistas realizaron escaneos en 3D, comparándolo con los huesos de varios humanos arcaicos y primates no humanos. Al igual que Zalmout, los investigadores de Cambridge concluyeron que el fósil, un dedo corazón adulto de 3,2 centímetros de largo, pertenecía a un Homo sapiens. El dedo, junto con otras muestras encontradas en el yacimiento de Al Wusta, luego viajó a la Universidad Nacional de Australia en Canberra donde los científicos utilizaron varias técnicas de datación para datar el espécimen, como la datación por series de uranio, en la cual un láser realiza agujeros microscópicos en el fósil para medir la relación entre trazas de elementos radiactivos. El dedo, concluyeron los investigadores australianos, tenía 88.000 años. Los resultados de este estudio fueron publicados en Nature Ecology & Evolution.
Eso lo convierte en el fósil de Homo sapiens directamente datado más antiguo que se ha encontrado fuera de África y el Levante; y aquí, el término “directamente datado” tiene una importancia crucial. Se han encontrado fósiles y artefactos ancestrales similares a los humanos en otras partes del este de Asia y Australia, junto con el descubrimiento notable, pero altamente polémico, de fósiles humanos de 120.000 años de antigüedad en China. Pero en estos casos, el origen humano de los fósiles no está del todo claro, y los elementos fueron datado indirectamente, lo que significa que dataron los depósitos que encierra el fósil o los artefactos, y no el fósil en sí mismo.
Que los humanos anatómicamente modernos vivieran en Arabia Saudí hace unos 88.000 años realmente no es nada sorprendente. El fósil de una mandíbula hallado en la cueva Misilya de Israel, a solo unos cientos de kilómetros al norte, sugiere que los antiguos Homo sapiens viven en el Levante desde hace 175.000 años, y posiblemente 200.000 años. Pero lo que hace que este nuevo estudio sea emocionante es que se trata de la primera evidencia directa de los primeros humanos modernos que se aventuraron fuera de África y el Levante. Además, afirma que las migraciones a Eurasia se expandieron más de lo que se pensaba.
“El descubrimiento de este hueso de dedo fosilizado es un sueño hecho realidad”, dijo Petraglia en una conferencia de prensa celebrada el pasado jueves. “Y es compatible con los argumentos que nuestro equipo lleva haciendo más de 10 años”.
Tradicionalmente, los científicos pensaban que los humanos modernos emigraron desde África en una sola ola hace 50.000-70.000 años, moviéndose a lo largo de la costa y subsistiendo de los recursos marinos. Pero el descubrimiento de este dedo sugiere que los humanos se habían estado moviendo aproximadamente 20.000-25.000 años antes de lo que se suponía.
“Este hallazgo respalda un modelo contrario a una dispersión rápida única, el de una migración mucho más complicada”, dijo Petraglia. “Combinado con otros descubrimientos realizados en los últimos años, esto sugiere que los humanos se fueron de África varias veces en los últimos 100.000 años, más o menos”.
Curiosamente, el fósil fue descubierto en el duro desierto árabe, pero en esa época la región albergaba un entorno muy favorable, con condiciones climáticas húmedas y monzónicas, extensas praderas, ríos rápidos y extensos lagos. Además del dedo humano, los investigadores encontraron rastros fosilizados de hipopótamos y caracoles de agua dulce. Para estos humanos primitivos, el Levante y la región árabe eran meramente una extensión de África, con el cambio climático y las condiciones ambientales dinámicas empujándolos y alejándolos de su continente de origen. Como los animales de presa migraron, también lo hicieron estos humanos primitivos. Al adaptarse a este pastizal semiárido en el interior de Arabia, estos primeros humanos estaban preparando el escenario para una expansión más grande y global, según los investigadores.
En cuanto al dedo, los investigadores desconocen el sexo o la edad de su anterior dueño, ni de qué mano proviene, pero muestra signos de estrés manual. Un bulto en el hueso se ha interpretado como una lesión causada por la actividad física repetitiva, tal vez por fabricar herramientas con piedras.
A Katerina Harvati, jefa de paleoantropología en el Centro Senckenberg para la Evolución Humana y Paleoambiente, le gusta el nuevo estudio, y cree que los autores hicieron todo lo que estaba en sus manos para analizar el hueso.
“Sin embargo, el hueso de un dedo no es muy informativo: existe mucha superposición entre la anatomía del dedo de los humanos modernos y, por ejemplo, el hombre de Neandertal”, dijo Harvati a Gizmodo. “Dicho esto, los resultados de sus análisis sugieren fuertemente que este hueso perteneció a un ser humano moderno. Sin embargo, espero pruebas adicionales en el futuro que confirmen el hallazgo”.
El antropólogo Rolf Quam de la Universidad de Binghamton (SUNY) está de acuerdo en que los autores realizaron un análisis exhaustivo del fósil, pero sin ADN antiguo, es dudoso que podamos decir definitivamente que este fósil pertenece a un Homo sapiens.
“Los autores han comparado el fósil de Al Wusta con [humanos modernos primitivos y neandertales], pero no tenemos mucha información sobre la morfología, forma o dimensiones de los huesos de los dedos en otras especies”, dijo Quam a Gizmodo. “Podría ser una especie diferente que se parece al Homo sapiens, pero no es el Homo sapiens. Si bien es cierto que este es un argumento especulativo, es totalmente posible. Al final, creo que no podemos decir con certeza qué especie representa este hueso del dedo. Los grandes reclamos como los del estudio requieren una evidencia sólida para respaldarlos. Creo que hay cierta ambigüedad en términos de qué especie representa este fósil”.
Jean-Jacques Hublin, director del Departamento de Evolución Humana del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, no está de acuerdo, y dice que el dedo parece ser anatómicamente humano ya que no contiene ninguna característica que se encuentre habitualmente en los neandertales. El escepticismo de Hublin con el análisis tiene que ver con la técnica de datación por series de uranio, un método de que cree que “no es muy fiable para los huesos”. La datación de los depósitos circundantes, que son de hace 90.000 años, proporciona una “Posición cronológica más segura”, en su opinión.
“Este descubrimiento no es una sorpresa total”, dijo Hublin a Gizmodo. “Al fin y al cabo, el yacimiento está a solo 650 km de la región de Skhul-Qafzeh (Israel) que, a escala continental, está a un minuto de distancia. Los artefactos de piedra de aspecto africano ya han sido descritos en varias partes de la Península Arábiga, algunos de ellos posiblemente con hasta 100.000 años de antigüedad. Es importante comprender que durante los periodos húmedos que llamamos “Sahara verde”, una gran parte de Medio Oriente, incluida la Península Arábiga, se convirtió en parte de África. Es de esperar que esta región tenga el mismo tipo de vegetación y fauna, así como las poblaciones humanas presentes más al oeste”.
Mina Weinstein-Evron, arqueóloga de la Universidad de Haifa, e Israel Hershkovitz, arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv, están en desacuerdo con el hecho de que el dedo se encontró en la superficie del desierto y no dentro de un “claro contexto arqueológico”. “La datación del espécimen, por lo tanto, es tan fiable como las realizadas en los homínidos del este de Asia”, dijeron.
“Los fósiles de homínidos del este de Asia fueron datados indirectamente, en base a capas de calcita en las paredes de la cueva, ya que las cavernas fueron saqueadas hace mucho tiempo por agricultores locales para la fertilización de los campos. Esto no significa que las fechas sean inexactas”, explicaron Weinstein-Evron y Hershkovitz a Gizmodo en una declaración conjunta. “En cualquier caso, incluso si es el más antiguo hasta ahora, no se deduce que los grupos humanos pasaran por Arabia, ya sea desde África hasta el Levante o desde el Levante hacia el este, como puede implicarse. Los datos disponibles y las limitaciones geográficas parecen apoyar mejor una ruta del norte”. El yacimiento Al Wusta, argumentan, pudo no haber sido el trampolín para el mundo que los autores afirman que es.
Weinstein-Evron y Hershkovitz también señalan que el descubrimiento no prueba que el área alrededor del antiguo lago fuera colonizada, y dicen que la gente vagabundeaba por esas áreas ocasionalmente cuando el clima era favorable. El dedo es probablemente de un humano moderno temprano, pero el descubrimiento no cambia la imagen evolutiva tal y como la conocemos hoy en día, dijeron.
“Había humanos en Arabia, la [evidencia arqueológica] nos dice esto, eran Homo sapiens, lo cual tiene sentido dada la evidencia antropológica de África y el Levante”, explicaron Weinstein-Evron y Hershkovitz. Estos humanos se aventuraron por tierras áridas en periodos en los que las condiciones climáticas eran más favorables y bien podrían haberse originado a partir de uno de los grupos levantinos encontrados en Israel, dijeron. “Tampoco cambia la ya bien establecida noción de las expansiones múltiples de los homínidos fuera de África, que parecen estar bien representadas en el registro levantino de las cuevas de Misliya, Skhul/Qafzeh y Manot. El nuevo hallazgo es significativo, dada su rareza, pero no cambia nuestras opiniones actuales con respecto al H. sapiens del Paleolítico Medio fuera de África”.
Fuente: gizmodo.com