El hongo de ‘The Last of Us’ es ahora más realista y aterrador: así podría evolucionar en el mundo real, según la ciencia
La serie postapocalíptica estrena su segunda temporada y así de letal se presenta ahora el Cordyceps
La nueva temporada de The Last of Us eleva el terror postapocalíptico a un nivel superior con una evolución del hongo cordyceps que se acerca sorprendentemente a la realidad científica. Sabemos que a día de hoy este tipo de hongos no pueden infectar a humanos, pero el cambio climático podría hacer que hongos similares se vuelvan más peligrosos. ¿Cómo de real es la versión mejorada del virus de la serie y qué tan cerca estamos de un apocalipsis fúngico real?
¿Qué tan real es el “hongo zombi” de The Last of Us, según los científicos?
En la primera temporada de la serie de ficción, ya descubrimos un hongo implacable que convierte a los humanos en criaturas parecidas a zombis y cuyo fin es reproducirse lo más rápido posible. Su forma de contagio es propagándose a través de pequeños filamentos o tentáculos que invaden el organismo y acaban controlando su voluntad. Este hongo parásito existe en el mundo real. Se trata de Ophiocordyceps unilateralis, que controla a las hormigas para esparcir sus esporas. Y, aunque no puede infectar humanos, su mecanismo biológico es inquietantemente efectivo.
Sin embargo, en la segunda temporada de The Last of Us, Cordyceps parece sufrir una evolución que facilita su propagación: en vez de filamentos, el hongo consigue extenderse a través de esporas aéreas. Lo cierto es que los hongos del mundo real son extremadamente hábiles para lanzar microesporas al aire, por lo que este detalle de la ficción encaja a la perfección con el realismo científico. El hongo ha vuelto y esta vez es más contagioso que nunca. De hecho, no nos debería extrañar ya que a los hongos les encanta eso de producir y esparcir esporas por el mundo. En este caso, la versión real de Ophiocordyceps unilateralis se propaga lanzando nubes de esporas en el aire.
Así lo manifiesta Jim Kronstad, profesor y microbiólogo de los Laboratorios Michael Smith de la Universidad de Columbia Británica y autor de un nuevo estudio sobre las amenazas fúngicas publicado en la prestigiosa revista Nature.
El cambio climático podría despertar hongos más resistentes y letales
Numerosas infecciones por hongos comienzan con la inhalación de esporas presentes en el aire. Un ejemplo preocupante es el hongo Cryptococcus neoformans, clasificado por la Organización Mundial de la Salud como uno de los “patógenos críticos prioritarios”. Aunque está presente de forma natural en el medio ambiente, es especialmente abundante en las heces de aves, y puede causar una forma grave y potencialmente mortal de meningitis si no se trata a tiempo.
Y el calentamiento global al que se está enfrentando el planeta podría forzar a los hongos a adaptarse a temperaturas más cálidas, acercándolos peligrosamente al rango térmico humano. Ya existen casos como Candida auris o Coccidioides que preocupan a la comunidad médica. El primero, es una infección hospitalaria común que no responde a los tratamientos antimicóticos existentes y el segundo, es el patógeno responsable de la fiebre del valle. Si bien no transforman a las personas en hordas de zombis, su auge subraya la tensión central de la serie: la adaptabilidad de la naturaleza puede ser tan creativa como destructiva en un horror impregnado de realismo.
De hecho, se trata de un elemento de realismo que presenta la serie de televisión que amenaza un posible futuro: uno en el que los hongos patógenos podrían evolucionar y volverse más peligrosos a medida que los humanos calentamos el planeta.
Fuente: nationalgeographic.com.es