El fósforo cierra la lista de ingredientes de la vida en el cometa 67P
Fósforo y flúor fueron recolectados por la pasada misión Rosetta de la ESA en partículas de polvo sólido del coma interno del cometa 67P/CG, según el análisis de datos de la Universidad de Turku.
El hallazgo indica que, con la detección del fósforo, todos los elementos más importantes necesarios para la vida pueden haber sido entregados a la Tierra por los cometas.
Las partículas de polvo fueron recogidas con el analizador de masas de iones secundarios de COmetary (COSIMA) a bordo de Rosetta, que rastreó el cometa a unos pocos kilómetros de distancia entre septiembre de 2014 y septiembre de 2016. El instrumento COSIMA recogió las partículas de polvo directamente en las proximidades del cometa. Se fotografiaron de forma remota tres placas de dos blancos de 1 centímetros. Las partículas se seleccionaron a partir de estas imágenes y finalmente se midieron con un espectrómetro de masas. Todos los pasos fueron controlados desde la Tierra.
La detección de iones de fósforo (P +) en partículas sólidas está contenida en minerales o fósforo metálico. «Hemos demostrado que los minerales de apatita no son la fuente de fósforo, lo que implica que el fósforo descubierto se presenta en una forma más reducida y posiblemente más soluble», dice el líder del proyecto Harry Lehto del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Turku. .
Esta es la primera vez que todos los elementos necesarios para la vida se encuentran en materia cometaria sólida. El carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y azufre fueron reportados en estudios previos por el equipo de COSIMA. El descubrimiento ahora de fósforo indica que los cometas son una fuente potencial de estos elementos para la joven Tierra.
También se detectó flúor con iones secundarios CF + que se originan en el polvo cometario. El primer descubrimiento de gas CF fue a partir de polvo interestelar en 2019. CF + es un ion ahora descubierto en el cometa y sus características en el entorno cometario aún se desconocen.
El estudio ha sido publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Fuente: europapress.es