El animal más fogoso del planeta podría haberse extinguido
Todos los machos mueren tras el período de apareamiento a causa del agotamiento y la sobredosis de cortisol que les provoca la práctica sexual
Se descubrió hace apenas seis años y los científicos temen que se haya extinguido. Se trata del antequino bruno de cola negra, un marsupial nativo australiano que ha desaparecido tras la ola de incendios que ha asolado el continente desde el año pasado.
El antequino bruno de cola negra es un animal peculiar. Todos los machos mueren tras el período de apareamiento a causa del agotamiento y la sobredosis de cortisol que les supone la práctica sexual.
«Los machos usan toda su energía en una frenética temporada de cría», explica el profesor principal de la Universidad de la Tecnología de Queensland y mastozoologo Andrew Baker. «El apareamiento puede durar desde 20 minutos hasta 10 horas o más de un tirón, sin parar», señala Baker.
Sexo, con muerte asegurada
«Se trata de una competición: los mejores machos, con el mayor y más fuerte esperma engendran la mayor cantidad de crías».
«Pero un período de cría es todo lo que pueden permitirse porque esto también conlleva un bagaje fisiológico, un cóctel mortal de testosterona y hormona del estrés que en última instancia provoca el fallo de los órganos y la muerte de cada macho».
Los expertos están preocupados ya que lo normal a estas alturas del año es haber localizado 20 ejemplares de este animal en peligro de extinción. Hasta la fecha, no se ha encontrado ninguno.
Y no es el único afectado. «Los resultados preliminares de la inspección de junio a agosto de este año muestran más evidencia de una marcada disminución no sólo de los antílopes, sino de todos los pequeños mamíferos», explica Baker en declaraciones a ABC News.
Según este científico, esta especie ya estaba siendo afectada por la sequía, antes de que los incendios golpearan su hábitat.
En busca de ejemplares
«Todos nuestros datos sugieren que el antequino bruno de cola negra se ha replegado a las zonas más altas y húmedas y ahora puede que no tenga ningún lugar donde correr», añade Baker.
Perros altamente entrenados, que siguen su olor, serán los encargados de descubrir si este fogoso animal sigue viviendo en Australia.
Fuente: elconfidencial.com