Científicos del Departamento de Física identificaron, mediante análisis de redes complejas, un ciclo de 22 años en la actividad explosiva del Sol. El descubrimiento coincide con el ciclo magnético de Hale y adquiere especial relevancia en pleno máximo solar, cuando aumentan los riesgos de tormentas que afectan satélites, comunicaciones y sistemas eléctricos.
Investigadores del Departamento de Física de la Universidad de Chile identificaron un patrón oculto en la actividad explosiva del Sol que se repite cada 22 años. El hallazgo, publicado en The Astrophysical Journal, se obtuvo tras analizar más de cuatro décadas de llamaradas solares utilizando herramientas de redes complejas.
El resultado coincide con el ciclo magnético de Hale, fenómeno conocido en la física solar, y surge en un contexto especialmente sensible: el actual periodo de máximo solar, etapa en que aumentan las probabilidades de tormentas capaces de afectar sistemas críticos en la Tierra.
Un enfoque innovador para estudiar la dinámica del Sol
El equipo liderado por el Dr. Víctor Muñoz, junto a los estudiantes de doctorado Eduardo Flández y Alejandro Zamorano, identificó este ciclo sin recurrir únicamente al estudio de los polos solares —la forma tradicional de detectarlo—, sino observando cómo se conectan entre sí las regiones activas de la superficie solar.
El análisis reveló que la dinámica de las llamaradas solares construye una curva con una periodicidad de 22 años. “Desde otro punto de vista logramos encontrar matemáticamente algo que sabíamos que en el Sol existía”, explica Flández.
El método utilizado proviene de trabajos previos del grupo en redes complejas aplicadas a la sismicidad chilena. “Las llamaradas solares también son liberaciones súbitas de energía, así que adaptamos estas herramientas al estudio solar”, detalla el estudiante.
Cómo se detectó el ciclo oculto
Los investigadores analizaron llamaradas solares registradas entre 1976 y 2019 —ciclos 21 al 24— construyendo redes que representan cómo estos eventos se encadenan en el tiempo.
Primero observaron diferencias entre ciclos pares e impares, un comportamiento descrito por la Regla de Gnevyshev–Ohl. Luego, al aplicar ventanas móviles de 11 años, desplazadas progresivamente, apareció una señal clara de 22 años asociada al ciclo de Hale.
“Lo interesante es que no estudiamos solo los polos, sino toda la fotosfera”, destaca Zamorano. “Eso permite un análisis más global y una nueva forma de observar la dinámica magnética del Sol”.
Importancia del hallazgo para anticipar tormentas solares
Comprender mejor el comportamiento magnético del Sol es clave para anticipar fenómenos que afectan directamente la vida en la Tierra. Las tormentas solares pueden interrumpir satélites, sistemas de navegación, comunicaciones e incluso redes eléctricas.
“Cualquier cambio en la actividad del Sol puede impactarnos de manera práctica. Pueden fallar comunicaciones o producirse cortocircuitos en sistemas eléctricos”, advierte el Dr. Muñoz.
“El conocimiento de la actividad magnética del Sol y del entorno cercano a la Tierra nos permite estar mejor preparados para enfrentar estos eventos”, agrega.
Fuente: portalmetropolitano.cl/


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