Descubren en China las huellas de un pariente gigante del Velociraptor
Se ha identificado en China la mayor especie conocida de deinonicosaurio, el grupo de dinosaurios al que pertenecían los velociraptores
Aunque todos tengamos en la cabeza la terrorífica imagen de los velociraptores de Jurassic Park, la realidad es que estos dinosaurios eran bastante menos imponentes: de apenas medio metro de altura, eran más parecidos a un faisán grande. Pero algunos de sus parientes sí eran realmente imponentes.
Los velociraptores formaban parte de un grupo de dinosaurios conocidos como deinonicosaurios, cuyo nombre significa “lagartos de garras terribles”. Algunos de sus integrantes podían ser realmente grandes y terroríficos; y ahora se ha identificado en China la que sería la especie más grande conocida hasta la fecha.
Un velaciraptor gigante
Esta especie, llamada Fujianipus yingliangi, ha sido únicamente descrita a partir de unas huellas, ya que no se ha identificado ningún hueso suyo. Pero de acuerdo con sus descubridores, se trataría de la mayor especie conocida de deinonicosaurio, con cinco metros de largo y dos de altura.
Estas dimensiones se han calculado a partir de 5 icnitas (huellas fósiles) halladas en las cercanías de la ciudad de Lincheng, en la provincia china de Fujian: las huellas miden unos 36 cm de largo por 17 de ancho y son las más grandes que se han encontrado pertenecientes a un deinonicosaurio. Estas ignitas forman parte de un grupo más amplio de casi 250 huellas fósiles que incluyen al menos a otra especie de deinonicosaurio, así como varios herbívoros de tamaño mediano como iguanodontes, lo cual da pistas sobre su dieta y comportamiento.
Esta especie, además, tiene una particularidad: los casos de gigantismo (es decir, especies que eran significativamente más grandes que sus parientes cercanos) que se conocían entre los dinosaurios generalmente se situaban cerca de los polos, donde aparentemente la competencia entre depredadores era menor y permitía la existencia de carnívoros gigantes.
Sin embargo, el lugar en el que se ha identificado esta especie estaba situado más al sur de los hábitats típicos de los dinosaurios gigantes; y lo que es más, por la variedad de huellas se puede deducir que convivía con otros cazadores, algunos de los cuales eran parientes cercanos evolutivamente. Los descubridores del Fujianipus yingliangi señalan este hecho como una muestra del “increíble rango de tamaños entre los dinosaurios rapaces”, destacando su “adaptabilidad y diversidad ecológica”.
Lo han clasificado provisionalmente como un troodóntido, una familia que destacaba por el tamaño de su cráneo, lo que hace pensar a los paleontólogos que se trataba de dinosaurios con una inteligencia comparable a la de las aves modernas. También tenían ojos bastante grandes, lo que sugiere que tenían muy buena visión; lo cual, sumado a su tamaño e inteligencia, los convertiría en depredadores muy peligrosos.
¿Cómo eran los deinonicosaurios?
Los deinonicosaurios eran un clado de dinosaurios carnívoros caracterizados por sus extremidades anteriores en forma de protoalas, debido a que tenían los huesos de los dedos alargados. Sin embargo estos no les servían para volar, sino probablemente para trepar a los árboles; esta hipótesis es reforzada por la presencia, en varias especies, de un gran dedo de forma curva en los pies.
Los integrantes de este grupo variaban en tamaño y, de hecho, la mayoría eran bastante pequeños, del tamaño de un faisán o un pavo real; incluyendo a la familia más conocida, la de los velociraptores. Su alimentación parece haber sido flexible, desde insectos a mamíferos, peces y dinosaurios pequeños; y aunque la mayoría eran depredadores, es posible que también tuvieran comportamientos carroñeros.
La clasificación de estos dinosaurios resulta a menudo confusa por sus similitudes con otros grupos de dinosaurios cercanos; se debate incluso que algunas especies podrían estar estrechamente emparentadas con los antepasados de las aves. Esto se debe a que comparten muchas características anatómicas, como los dedos alargados; sin embargo, no está claro que todas las especies las usaran con las mismas finalidades.
Fuente: nationalgeographic.com.es