Descubren con rayos X el verdadero origen de los meteoritos “raros”
Investigadores estadounidenses han hallado mediante experimentos con rayos X el origen real de los meteoritos “raros”. Aunque ya se sabía que provenían de un planetesimal, ahora se ha comprobado que dicha estructura tenía un campo magnético similar en fuerza al de la Tierra, entre otras características.
Científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de Estados Unidos han desarrollado una serie de experimentos con rayos X para dilucidar diferentes aspectos relacionados con el origen de los meteoritos inusuales, provenientes de planetesimales. De acuerdo a una nota de prensa, encontraron que la estructura original de estos meteoritos disponía de un núcleo fundido, una corteza sólida y un campo magnético parecido en fuerza al de nuestro planeta.
Los planetesimales son estructuras protoplanetarias de gran tamaño conformadas por la condensación, acumulación y unión de gas y polvo hace miles de millones de años, de las cuales han surgido posteriormente los planetas. Estudios previos habían confirmado que los meteoritos “raros” provenían de estas enormes estructuras primigenias, pero ahora se sabe mucho más al respecto.
Estos meteoritos extraños o inusuales han desconcertado a los científicos desde su descubrimiento en la década de 1960. Es que mientras la mayoría de los meteoritos muestra una única composición, los denominados “raros” parecen haberse originado a partir de un cuerpo principal que combinaba partes fundidas y otras no fundidas. Por eso desvelan a los especialistas.
Los planetesimales complejos desde donde provienen estos meteoritos inusuales muestran una composición mixta, ya que por una parte se encuentran fundidos y presentan un núcleo líquido, pero al mismo tiempo poseen corteza sólida. Los investigadores han descubierto que tardaron varios millones de años en formarse, un período mayor al que se pensaba en un principio.
Llamados técnicamente meteoritos de hierro tipo IIE, estos cuerpos se convirtieron ahora en el objeto de estudio de un grupo de científicos dirigido por especialistas del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quienes utilizaron la Fuente de Luz Avanzada de Berkeley Lab para intentar aclarar las dudas sobre el origen de estos extraños meteoritos.
Nueva información y desafíos a futuro
Aprovechando la magnetización preservada durante miles de millones de años en los mencionados objetos, de los cuales se han registrado solamente nueve en la Tierra, los científicos utilizaron la tecnología Advanced Light Source (ALS) para estudiar muestras de dos meteoritos “raros”.
La instalación del Berkeley Lab permite producir luz que oscila desde la gama de infrarrojos hasta rayos X, generando reconstrucciones en 3D de los patrones de orientación magnética que se presentan en los dos meteoritos analizados. Los resultados obtenidos aclaran considerablemente el panorama sobre el origen de estos objetos.
A partir de información cuantitativa sobre la dirección y la magnitud de la magnetización encontrada, los científicos han podido concluir que la estructura original de estos meteoritos contaba con un núcleo metálico fundido, combinado con una corteza sólida. Además, el dato más sorprendente es que el planetesimal disponía de un campo magnético que podría haberse equiparado en fuerza al de nuestro planeta.
Este descubrimiento va en línea con lo sugerido en estudios previos, donde se indicaba que las estructuras desde las cuales provenían estos meteoritos “raros” debían ser de conformación compleja, combinando múltiples características.
Los científicos buscarán ahora determinar si este tipo de planetesimal tan complejo desde el cual provienen los meteoritos de hierro tipo IIE es un caso tan extraño o si, por el contrario, son más habituales de lo pensado. Para ello, estudiarán el cinturón de asteroides, un área compuesta por una gran cantidad de restos primordiales que hablan del origen del universo.
Fuente: tendencias21.levante-emv.com