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Descubren cómo una temperatura corporal alta combate mejor las infecciones y los tumores

Estos científicos han demostrado que pequeñas subidas de temperatura (como durante la fiebre) aceleran la velocidad de un reloj celular que controla la respuesta a las infecciones. Los biólogos han enconttrado que las señales inflamatorias activan las proteínas NF-kB para comenzar con la cuenta atrás de un ‘reloj’, en el que estas proteínas se mueven hacia atrás y hacia adelante dentro y fuera del núcleo celular, donde activan y desactivan genes. Esto permite que las células respondan a un tumor, herida o infección.

A una temperatura corporal de 34 grados, el ‘reloj’ NF-kB se ralentiza. A temperaturas más altas que la temperatura corporal normal de 37 grados (como fiebre, 40 grados), ‘NF-kB’ se acelera. Tras estos hallazgos, los matemáticos del Centro de Biología de Sistemas de la Universidad de Warwick han calculado cómo los aumentos de temperatura aceleran este ciclo.

Predijieron que una proteína llamada A20, que es esencial para evitar enfermedades inflamatorias como Crohn, podría estar críticamente involucrada en este proceso. Después, eliminaron A20 de las células y encontraron que NF-kB perdió su sensibilidad al aumento de la temperatura.

David Rand, profesor de Matemáticas y miembro del Instituto Zeeman de Biología de Sistemas y Epidemiología de Enfermedades Infecciosas (SBIDER) de la Universidad de Warwick ha detallado que habitualmente nuestro reloj de 24 horas controla cambios pequeños, de unos 1,5 grados, en la temperatura corporal. “Por ejemplo, la temperatura del cuerpo es inferior durante el sueño, lo que podría otorgar una explicación de porqué el ‘jet lag’ o los trastornos del sueño causan un mayor riesgo de enfermades inflamatorias”, ha añadido Rand.

Si bien las actividades de muchos genes controlados con NF-kB no se vieron afectados por la temperatura, un grupo clave de genes mostró perfiles diferentes cuando se modificaba la temperatura. Estos genes sensibles a la temperatura incluyen reguladores inflamatorios clave y controladores de la comunicación celular que pueden alterar las respuestas celulares.

En definitiva, este estudio demuestra que la temperatura corporal cambia la inflamación en células y tejidos de una manera biológicamente organizada y sugiere que los nuevos medicamentos podrían cambiar más precisamente la respuesta inflamatoria al dirigirse a la proteína A20.

Fuente: Europa Press