Descubren cómo fue variando la temperatura de la Tierra a lo largo de 485 millones de años
Un nuevo estudio científico destaca el papel fundamental del dióxido de carbono como motor del clima terrestre durante el eón Fanerozoico, con impacto en las variaciones térmicas globales durante ese larguísimo período
Un grupo de científicos reveló un panorama detallado de los cambios en la temperatura global de la Tierra en un período que abarca 485 millones de años, arrojando luz sobre las variaciones extremas que experimentó el planeta. El estudio, publicado en la revista Science, ofrece la reconstrucción más precisa y extensa hasta ahora realizada del clima a lo largo del Eón Fanerozoico, una era geológica que va desde la aparición de los primeros organismos multicelulares hasta el presente. Esta investigación establece una conexión directa entre el dióxido de carbono atmosférico y la temperatura terrestre, sugiriendo que el CO2 fue el principal motor del clima en todo ese tiempo.
El análisis revela que la temperatura global media de la superficie terrestre oscilaba entre 11°C y 36°C, variando ampliamente debido a factores climáticos y eventos catastróficos como erupciones volcánicas y colisiones de asteroides. Según los autores del estudio, este es el primer registro que combina más de 150.000 estimaciones climáticas obtenidas a partir de fósiles y modelos climáticos de última generación, proporcionando una visión integral del clima terrestre. Entre las revelaciones más significativas destaca que, a lo largo del Fanerozoico, la Tierra ha pasado más tiempo en estados climáticos cálidos que fríos.
El equipo de investigadores utilizó un enfoque de asimilación de datos, una técnica que integra simulaciones de modelos climáticos con datos geológicos para generar una imagen coherente de las condiciones pasadas. Esta metodología permitió a los científicos obtener resultados más precisos que los ofrecidos por estudios previos, como destaca a Washington Post, el paleoclimatólogo Jess Tierney, uno de los coautores del estudio. Los datos recopilados por el equipo también muestran que las zonas tropicales soportaron temperaturas de hasta 42°C, lo que desafía la idea de un límite fijo para el calor en esas regiones y sugiere que la vida prehistórica tuvo que adaptarse a condiciones extremadamente cálidas. Además, las regiones polares alcanzaron temperaturas promedio superiores a 20°C, lo que indica la ausencia de hielo en los polos durante gran parte del Fanerozoico.
Una de las principales conclusiones del estudio se refiere al papel crucial del dióxido de carbono en la regulación del clima. A lo largo de los millones de años cubiertos por el análisis, cada incremento en las concentraciones de CO2 coincidió con aumentos de temperatura global, incluso cuando otros factores, como la luminosidad solar, podrían haber influido. La relación entre la temperatura y el CO2 parece mantenerse constante, con una sensibilidad del sistema climático de aproximadamente 8°C ante una duplicación de las concentraciones de este gas de efecto invernadero. Este hallazgo subraya la importancia del CO2 como un regulador del clima a largo plazo.
Emily Judd, investigadora del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian y autora principal del estudio, afirma que los cambios abruptos en la temperatura desempeñaron un papel crucial en momentos de extinción masiva, como el evento ocurrido al final del Pérmico, cuando erupciones volcánicas colosales liberaron grandes cantidades de dióxido de carbono, disparando las temperaturas y provocando la desaparición de alrededor del 90% de las especies. Los científicos advierten que, si bien estos cambios ocurrieron durante cientos de miles o millones de años, las alteraciones actuales causadas por la actividad humana se desarrollan a una velocidad mucho mayor, lo que plantea riesgos para la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas.
La investigación también muestra que el clima frío, como el que prevalece en la actualidad, fue una excepción en la historia geológica. En su mayor parte, el planeta experimentó temperaturas mucho más altas que las actuales, lo que genera preocupación sobre el calentamiento acelerado provocado por el hombre. En este sentido, el informe de Science proporciona un contexto histórico valioso para comprender el cambio climático moderno. Los autores del estudio enfatizan que las temperaturas actuales, si bien relativamente frías en comparación con los extremos del pasado, están aumentando rápidamente debido al uso de combustibles fósiles, lo que genera una aceleración en el calentamiento global sin precedentes en los registros históricos.
El estudio aporta datos clave para futuros modelos climáticos y para la comprensión de cómo los cambios en el clima han influido en la evolución de la vida en la Tierra. La evidencia presentada confirma que los ciclos de calentamiento y enfriamiento de la Tierra están directamente relacionados con las concentraciones de gases de efecto invernadero, lo que refuerza la urgencia de reducir las emisiones de dióxido de carbono para mitigar el impacto del calentamiento global.
Judd señala a Smithsonian que, aunque la Tierra demostró ser capaz de soportar grandes fluctuaciones climáticas, la capacidad de adaptación de la sociedad humana es limitada, dado que las civilizaciones se han desarrollado en un periodo relativamente frío y estable. Con el aumento actual de los niveles del mar y la intensificación de eventos climáticos extremos, los científicos advierten sobre los desafíos para las sociedades humanas en los próximos años.
Fuente: infobae.com