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Descubre el secreto que esconde tu personalidad para que el ejercicio funcione de verdad

Un nuevo estudio revela que adaptar el entrenamiento a tu forma de ser podría ser la clave para mantener la motivación y obtener mejores resultados. Olvídate del gimnasio si no es para ti: hay una manera más eficaz —y mucho más personal— de entrenar

¿Eres de los que abandona el entrenamiento al poco tiempo? Puede que el problema no seas tú, sino el tipo de ejercicio que estás eligiendo. Investigadores han descubierto que los rasgos de personalidad influyen más de lo que imaginas en cómo te relacionas con la actividad física. Y sí, entrenar según tu carácter podría cambiarlo todo.

El entrenamiento que encaja contigo

Todos sabemos que hacer ejercicio es bueno para la salud, pero no todos disfrutamos del mismo tipo de actividad. Lo que a uno le motiva, a otro puede resultarle una tortura. La clave, según un nuevo estudio del University College de Londres, está en la personalidad.

Los investigadores descubrieron que, si el entrenamiento se adapta a los rasgos individuales de cada persona, los beneficios físicos aumentan y la adherencia mejora notablemente. No se trata de alcanzar la perfección en el plan de ejercicios, sino de evitar el abandono total.

Porque incluso un esfuerzo físico mínimo puede tener efectos muy positivos si se mantiene en el tiempo. ¿La conclusión? Mejor hacer algo que te encaje que seguir una rutina universal que no soportas.

Cómo responde cada personalidad al ejercicio

Para la investigación, los participantes se dividieron en dos grupos: uno de control, que no cambió su rutina, y otro que siguió un programa de ocho semanas de ejercicio en casa. Este combinaba bicicleta estática (aeróbico) y entrenamiento de fuerza, mientras se evaluaban tanto los cambios físicos como la experiencia personal de cada uno.

El hallazgo más llamativo fue que las personas con alto nivel de neuroticismo —aquellas más sensibles al estrés o emociones intensas— fueron las que más disfrutaron del entrenamiento privado e intenso, siempre que incluyera pausas breves. Lejos de lo que se piensa, este rasgo no es negativo: solo implica una mayor conexión emocional con lo que se vive.

En cambio, los extrovertidos prefirieron actividades en grupo, especialmente deportes en equipo, donde pueden socializar. Y quienes puntúan alto en conciencia y apertura demostraron ser constantes y eficientes, aunque el disfrute no fuera determinante para obtener buenos resultados.

Mucho más que fuerza: impacto en el estrés

Uno de los efectos más interesantes fue el impacto sobre el estrés. Aquellos con rasgos más proclives a sufrirlo mostraron una reducción significativa tras el programa, siempre y cuando el entrenamiento respondiera a sus necesidades personales.

Así que sí, tu forma de ser puede ser el mayor aliado —o el peor enemigo— de tus rutinas de ejercicio. La próxima vez que pienses en ponerte en forma, no empieces por el tipo de entrenamiento, sino por conocerte mejor. Ahí puede estar la diferencia entre el abandono… y el hábito que transforma.

Fuente: es.gizmodo.com

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