Descifran el misterio en torno al fenómeno del “agua muerta”
Científicos franceses han logrado explicar el extraño fenómeno conocido como “agua muerta”, que inmoviliza a los barcos sin ninguna causa aparente en algunos mares y océanos. Las olas forman una superficie ondulante que ralentiza a las embarcaciones
Un grupo de especialistas del National Centre for Scientific Research (CNRS, según las siglas en francés) y de la Universidad de Poitiers ha logrado finalmente descifrar el misterio en torno al “agua muerta”. Se trata de un fenómeno observado por primera vez en 1893, que hace disminuir notablemente la velocidad de los barcos y hasta detenerlos sin que exista una causa concreta para ello.
Los casos ocurren en mares y océanos que presentan aguas de diferentes densidades, ya sea por cuestiones referidas a la temperatura o a la salinidad. El primero de ellos sucedió en 1893, cuando en un viaje hacia el norte de Siberia el explorador noruego Fridtjof Nansen quedó literalmente paralizado al manejar su nave.
En 1904, el físico y oceanógrafo Vagn Walfrid Ekman demostró en un laboratorio que la formación de ondas en una capa intermedia entre las zonas de agua dulce y salada generaba un arrastre que “atrapaba” al barco. Esa explicación, sin embargo, sirvió para el caso ocurrido en 1893, pero no llegó a explicar el fenómeno en su totalidad.
La investigación realizada ahora por los científicos franceses permite arrojar más luz sobre este extraño suceso. Según una nota de prensa del CNRS, puede decirse que este misterio, que intrigó a especialistas de todo el mundo por tantos años, ha sido resuelto. La causa principal del fenómeno estaría directamente relacionada con la actividad de las olas.
Barcos atrapados en una superficie ondulante
Utilizando clasificaciones matemáticas y análisis de imágenes experimentales, los físicos expertos en mecánica de fluidos han llegado a una contundente conclusión: los barcos afectados por el “agua muerta” sufren el efecto de olas que funcionan como una especie de “cinta transportadora”, que los hace mover hacia adelante y hacia atrás, impidiéndoles avanzar con normalidad.
La superficie ondulante que se produce por debajo de los barcos explica las diferencias de velocidad, ya que las naves sufren el influjo de ondas específicas que se producen en estas condiciones. De esta manera, las embarcaciones quedan atrapadas e inmovilizadas entre dos fuerzas que pujan en direcciones opuestas.
En 2018, otro estudio de origen francés, en este caso realizado por expertos de la Universidad de Lyon, había obtenido resultados similares. En este trabajo se indicó que el propio barco generaba una ola que crecía paulatinamente en función de oscilaciones producidas por las capas de agua, haciendo descender la velocidad de la embarcación.
¿El “agua muerta” marcó la derrota de Cleopatra?
La explicación de este extraño fenómeno ha dado lugar a diferentes especulaciones sobre hechos históricos, concretamente sobre la Batalla de Actium, ocurrida en 31 a. C. En esa ocasión, las aparentemente invencibles naves de Cleopatra cayeron derrotadas por los humildes buques de Octavian.
Los expertos del CNRS y de la Universidad de Poitiers, que también estudian este hecho, se preguntan si la flota egipcia podría haber sido víctima del “agua muerta”, teniendo en cuenta las condiciones de la Bahía de Actium. Será una nueva y apasionante incógnita a resolver a futuro.
Fuente: tendencias21.levante-emv.com