Debate sobre aborto hasta 9o mes ignora ciencia, evidencia médica y dolor del bebé por nacer
Sin propiciar un debate sobre implicaciones médicas y el riesgo de muerte para la mujer, Morena impuso su posición en comisiones del Congreso de la CDMX para despenalizar aborto
El dictamen de la iniciativa para despenalizar el aborto en la Ciudad de México, sin importar la etapa gestacional del bebé en el vientre materno, ignora el dolor de la niña o niño por nacer y desconoce el grado de sensibilidad de su sistema nervioso central en el proceso continuo de la vida, de acuerdo con recientes evidencias científicas sobre el desarrollo prenatal.
Según estudios y artículos médicos que no se tenían hace 17 años cuando se despenalizó el aborto hasta las doce semanas de gestación, ahora está demostrado con bases científicas y médicas que terminar con la vida de un ser humano próximo al parto es un proceso cruel para cualquier tipo de cirugía fetal.
Para Onofre Zenil, médico cirujano y José Raygoza, experto en Administración de Hospitales, un aborto después de las 12 semanas y hasta el noveno mes de embarazo incluso, como lo propone la iniciativa de la diputada local de Morena, Yuriri Ayala Zuñiga, es insensato y hasta preocupante porque significa que personal médico debe aceptar quitarle la vida al bebé en el vientre materno, con el riesgo implícito de poner también en peligro la vida de la madre.
De acuerdo con especialistas médicos, la iniciativa que pretende ampliar los alcances del aborto en la Ciudad de México, no solo incrementa los riesgos de complicaciones médicas, sino que también expone a las mujeres a riesgos de salud emocional y posibles consecuencias en embarazos futuros, como nacimientos prematuros debidos a abortos en etapas avanzadas del embarazo.
“Aunque la despenalización del aborto en la CDMX ha sido vinculada con la salud de las mujeres y la supuesta reducción de la mortalidad materna, los estudios indican que esta política ha sido fallida pues esta reducción es visiblemente mayor en entidades donde no se ha implementado el aborto, como en Chiapas y Morelos”, de acuerdo a Morfín et al., 202.
Los expertos consultados expresaron que en lugar de centrarse en proponer la ampliación del aborto, los legisladores deben centrar los esfuerzos de salud pública en atender las problemáticas de fondo que llevan a algunas mujeres a buscar un aborto con riesgo, incrementado a su salud y vida en etapas avanzadas del embarazo.
Se debe poner atención a salud materna, salud materna-infantil, educación, empleo, economía y desarrollo individual, dijeron los especialistas.
En el caso de la capital del país, explicaron, existe una ausencia de políticas que faciliten la atención médica y el apoyo psicológico y social desde las primeras etapas de gestación a cualquier mujer en situación de vulnerabilidad.
Insistieron en que la propuesta de permitir el aborto en etapas avanzadas del embarazo ignora el aumento de los riesgos médicos que las mujeres enfrentan en esos procedimientos.
Así, una política que permita abortos en estas etapas no solo omite salvaguardar la vida y salud de las propias mujeres, sino que, en la práctica, representa una medida regresiva que aumenta el peligro para quienes deben estar protegidas; lo que va en contra de los principios de salud pública que deben buscar la disminución de riesgos y la protección del paciente, dijo la especialista Ingrid Tapia.
Sobre el dolor fetal
En el marco de la discusión del dictamen en comisiones, los diputados de Morena determinaron no dar paso a argumentos relacionados al sufrimiento del bebé, y a pesar de las evidencias no reconocieron riesgos, dolor fetal y política de mortalidad materna fallida.
El debate sobre la capacidad de los bebés en el vientre materno para experimentar dolor ha sido objeto de una extensa investigación en neurofisiología y medicina fetal, pero es concluyente en el sentido de que existe evidencia científica que demuestra que los nasciturus responden fisiológicamente a estímulos dolorosos, expresó Anayancy Varas García, directora de Early Institute, think tank especializado en primer infancia.
Mientras, estudios sobre la actividad neuronal en bebés en desarrollo y bebés prematuros revelan comportamientos de estrés que son observables, lo que ha llevado a un cambio en el tratamiento del dolor en la práctica médica moderna, dijo.
Investigaciones como las de Anand y Hickey (1987) demostraron que los bebés en el vientre materno presentan respuestas fisiológicas significativas a estímulos dolorosos, lo cual impulsó una reevaluación de las prácticas médicas, agregó Varas García.
En conclusión, hoy sabemos que el dolor no necesariamente requiere de la conciencia adulta para generar efectos fisiológicos y de estrés en fetos y bebés prematuros; desde etapas tempranas de la gestación existen respuestas del bebé a estímulos dolorosos (Bernardes, 2022) que se intensifican en el segundo y tercer trimestres de embarazo.
Fuente: elfinanciero.com.mx