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De terror: Donó el cadáver de su madre a la ciencia y descubrió que el ejército de EU probaba bombas con él

Donar tu cadáver o el de algún familiar a la ciencia es una buena causa. Así te aseguras de que seguirá siendo útil y además podrían descubrir en él algo que ayude a millones de personas en el futuro. El problema es cuando no te dicen exactamente qué es lo que va a suceder con él. Esto sucedió en Estados Unidos.

El cuerpo de su madre no fue a la ciencia: terminó como carne de cañón

¿Puedes imaginarte la indignación que sintió este hombre cuando se enteró? Jim Stauffer decidió donar el cuerpo de su madre que murió en 2014 con 73 años de edad. Ella luchó durante años contra el Alzheimer y fue por esto que se dio la donación. En sí, lo que él entregó fue el cerebro de la mujer. Por ello la sorpresa fue mucho peor y más terrible.

Fox News es quien ha sacado la historia a la luz. Centro de Recursos Biológicos (BRC) fue donde se donó el cerebro. A los 45 mnts de que Doris Stauffer murió, los empleados del centro llegaron para llevarse el cuerpo. Días después, entregaron una caja con lo que, se supone, eran las cenizas del cuerpo de la mujer.

Junto la caja venía un número de identificación y muy poca información sobre el proceso por el que habría pasado. Fue Reuters quien en 2016 le informó a Jim qué pasó. El Centro de Recursos Biológicos le vendió el cadáver de su madre al ejército de EE.UU. para hacer pruebas de bombas. Así lo explicó él mismo:

Lo que sabemos ahora es que su cuerpo terminó atado a una silla en algún tipo de aparato, y que luego se produjo una detonación debajo de ella para tener una idea de lo que atraviesa al cuerpo humano cuando un vehículo es golpeado por un IED en carretera.

El centro en cuestión no pidió permiso al hijo para hacer tal experimento y, desde luego, en ningún momento se le informó que este iba a ser llevado a cabo o que se había hecho. Él no tenía ni idea.

«Existía un epígrafe en el papeleo sobre la realización de este tipo de cosas. Hablaban de realizar pruebas médicas que pueden involucrar explosiones, y dijimos que no. Marcamos la casilla “no” en todas las opciones». Recuerda Jim sobre ese momento.

Según Reuters, cada cuerpo (en total fueron 20) vendido por el BRC al ejército tuvo un precio de 5,800 dólares. Todos ellos se vendieron sin el consentimiento de las familias. Por su parte, el Pentágono se lava las manos diciendo que la empresa fue «deshonesta».

Y ese, señores, es el mundo en el que vivimos.

Fuente: fayerwayer.com