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El curioso motivo por el que el 21 de agosto parte de la Humanidad «pesará» 48 gramos menos

La llegada del verano y la famosa operación bikini le ha recordado a muchos la necesidad de perder «peso». Pero lo cierto es que dejar de comer «pescaíto» frito solo es una forma de perder masa, esa propiedad que tiene la materia que se ve atraída por la fuerza de la gravedad. El peso es la fuerza resultante cuando esa gravedad interactúa con la masa, más o menos atiborrada de fritanga. Aunque en el lenguaje coloquial peso y masa sean lo mismo, para los científicos no es así, y por ello la masa se mide en kilogramos y el peso en newtons.

El próximo 21 de agosto la gravedad y, por lo tanto, el peso, sufrirán cambios bastantes llamativos en el planeta Tierra. Como ocurre cada 28 días, habrá una Luna nueva (fase en la que no refleja la luz de la estrella y por eso no resulta visible), y el satélite se interpondrá entre el Sol y la Tierra. Por eso, tanto el Sol como la Luna tirarán con su gravedad (más o menos en la misma dirección) de la superficie del planeta Tierra, y reducirán un poco el peso de la parte del planeta situada más cerca. Uno de los efectos es que ocurrirá una marea viva, que es aquella en la que más se nota el efecto de la Luna sobre el movimiento del mar (aquí puedes leer una explicación mucho más detallada, en inglés, de por qué la Luna causa las mareas).

La Luna nueva no se suele ver desde la Tierra, pero dos o tres veces al año se interpone entre el Sol y el planeta (porque entra en el plano en el que el Sol parece moverse en relación con nosotros) y causa eclipses solares. El próximo 21 de agosto ocurrirá algo excepcional, porque aparecerá una Luna negra (que ocurre cuando un año tiene 13 Lunas nuevas). Esta se interpondrá entre el Sol y el planeta y causará un eclipse solar total que será visible en una franja de 10 kilómetros de ancho en Estados Unidos (en otros lugares el eclipse solar será parcial).

Tal como ha informado la NASA, este día la Tierra estará exactamente a 151,4 millones de kilómetros del Sol, y la Luna a 365.649 kilómetros de nuestro planeta (precisamente por estar más cerca es capaz de tapar al Sol aunque sea mucho más pequeña que él).

Si ese día midiéramos la fuerza que ejerce la gravedad sobre una persona de 80 kilogramos de masa, situada en una línea imaginaria bajo el Sol y la Luna, la Ley de la Gravedad de Newton dice que la Tierra ejercería 784,1 newtons, mientras que la Luna y el Sol «tirarían» en dirección contraria con una fuerza de 0,0029 y 0,4633 newtons. Además, habría que tener en cuenta la rotación de la Tierra, puesto que esta produce una fuerza centífuga. Según la NASA, el resultado final será que una persona de 80 kilogramos se sentirá unos 48,2 gramos más ligera.

Además, en la línea formada por el Sol y la Tierra, la capa más externa de la corteza del planeta se elevará aproximadamente 40 milímetros, por término medio.

En realidad, estos cálculos deberían ser aún más complicados. El principal motivo es que la gravedad no es la misma en todas partes. Es más fuerte en algunos lugares donde se acumula más masa porque, o bien el planeta es más denso o bien se acumula un mayor grosor de corteza, como por ejemplo ocurre en el Himalaya. Esto además cambia con el tiempo, por ejemplo a causa de terremotos.

Una forma más rápida de «adelgazar» sería viajar a la Luna o a Marte. Grosso modo, allí una persona de 80 kilogramos (de masa) pesaría lo equivalente a 13,60 o 30,40 kilogramos en la Tierra, respectivamente, a causa de la baja masa de ambos mundos. Hasta que se pueda hacerlo, siempre quedarán las dietas.

Fuente: abc.es