Cuando los exoplanetas dejaron de ser ciencia ficción
Los astronónomos suizos Michel Mayor y Didier Queloz, laureados este martes con el Nobel de Física junto al canadiense James Peebles, lograron con sus descubrimientos que buscar exoplanetas no fuera ciencia ficción, sino ciencia real.
Y es que Mayor y Queloz desarrollaron nuevos instrumentos astronómicos y técnicas que consiguieron la observación de planetas fuera de nuestro Sistema Solar: los exoplanetas. En 1995 descubrieron el primero, que orbitaba una estrella de tipo solar (51 Pegasi).
Desde entonces, la comunidad científica ha identificado casi 4.000: «ellos convirtieron en ciencia real lo que parecía ciencia ficción», relata a Efe José Antonio Caballero, del Centro de Astrobiología (CAB), quien como muchos españoles trabaja en este campo.
Para los astrofísicos hay dos grandes preguntas. Una de ellas incluye tres que se responden a la vez, de dónde viene el universo, cómo va a terminar y de qué está hecho, subraya este investigador, quien añade que la otra cuestión es si estamos solos en el universo.
Algo exótico
Si bien esta última es más filosófica, los científicos «intentamos ir poco a poco», agrega este científico del CAB, centro mixto del CSIC y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.
Para ello, primero «queremos detectar planetas». 51 Pegasi b, el planeta descubierto por estos dos astrónomos, era un cuerpo de masa similar a la de Júpiter que tarda en dar la vuelta completa alrededor de su estrella cuatro días y no 365, y «eso era exótico».
«Pero cada vez vamos detectando planetas que por tamaño u orbita se parecen más a la Tierra. El objetivo es detectar planetas como la Tierra alrededor de una estrella como el Sol, y a la misma distancia que hay entre nuestro planeta y el Sol. Por ahora no lo hemos conseguido pero cada año que pasa nos vamos acercando», apunta.
Por su parte, Guillem Anglada Escudé, del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC), señala a Efe que los hallazgos de Mayor y Queloz, estudiante de doctorado del primero en aquella época, han supuesto la constatación de que los planetas son abundantes en el universo, y que, por lo tanto, «sitios parecidos a la Tierra deben existir, aunque aún los estamos buscando».
Un premio para el campo de los exoplanetas
La prueba de que los de Mayor y Queloz son descubrimientos que han influido mucho en cómo se observa y qué se busca en el universo, es que 20 años después de descubrir a 51 Pegasi b, todas las agencias espaciales tienen programas y misiones exclusivamente dedicadas a exoplanetas, un tema que prácticamente no existía.
«Lo metían casi en la caja de los que buscan ovnis», agrega este investigador también del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) y experto en exoplanetas.
Es, argumenta, un galardón «merecidísimo. Se dirá que hay otros que seguro también lo merecían (…), estoy de acuerdo. Pero no hay que quitar mérito a Mayor y Queloz», y en última instancia supone «un reconocimiento a todo el campo y todos los que trabajamos en él».
Los dos científicos recibieron en 2012 el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ciencias Básicas por su desarrollo pionero de instrumentos y técnicas para observar exoplanetas.
Fuente: EFE