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Crean un nuevo tipo de plástico que previene el que será uno de los mayores problemas del siglo XXI

Científicos británicos han desarrollado un nuevo tipo de plástico con microestructuras que actúa como barrera física frente a las bacterias, reduciendo drásticamente el riesgo de infecciones asociadas a dispositivos médicos. Este avance, que ha sido probado sobre materiales ampliamente utilizados en hospitales, como el poliuretano, podría representar una solución eficaz ante el problema creciente de la resistencia a los antibióticos.

Gracias a una investigación realizada por especialistas de la Universidad de Nottingham, se identificaron más de 2.000 patrones superficiales capaces de dificultar la adhesión bacteriana. Las pruebas demostraron que ciertas formas microscópicas inducen una respuesta defensiva en las bacterias, provocando que secreten una sustancia lubricante que les impide adherirse. Esta respuesta interrumpe la formación de biofilms, estructuras que protegen a las bacterias frente al sistema inmunitario y los tratamientos médicos.

El hallazgo, publicado en la revista Nature Communications, pone de manifiesto una vía alternativa a los recubrimientos antimicrobianos, tradicionalmente utilizados en el diseño de dispositivos sanitarios. Este nuevo enfoque se basa únicamente en la topografía del material, sin recurrir a agentes químicos que puedan derivar en resistencias futuras.

Un diseño que engaña a las bacterias

Según los investigadores, las bacterias quedan atrapadas en pequeñas hendiduras del plástico y, al interpretar erróneamente el entorno, activan mecanismos que impiden su adhesión al dispositivo. “Queríamos saber si podíamos diseñar un material que las bacterias no pudieran colonizar”, dijo Paul Williams, experto en microbiología molecular. “Lo logramos sin añadir ningún agente antimicrobiano, solo cambiando la topografía del plástico”.

Para analizar la efectividad de cada patrón, el equipo recurrió a herramientas de inteligencia artificial capaces de identificar los diseños con mayor capacidad para bloquear la formación de biofilms. Se testaron diversas especies bacterianas, obteniendo resultados prometedores que abren la puerta a una nueva generación de dispositivos médicos más seguros.

Según explican los investigadores, este material tiene las mismas cualidades que el plástico. Sin embargo, se disuelve en una hora en agua del mar y no deja rastros contaminantes.

Además de su eficacia clínica, la tecnología destaca por su viabilidad industrial. “Este tipo de superficie puede aplicarse directamente sobre materiales ya existentes”, explicó Morgan Alexander, especialista en control celular con polímeros. Esta característica facilita su integración en procesos de fabricación actuales, acortando los tiempos de implantación y reduciendo costes para sistemas de salud como el del Reino Unido.

Uno de los principales beneficios de este avance es su potencial para disminuir el número de infecciones adquiridas en entornos hospitalarios, especialmente en unidades de cuidados intensivos. Estas infecciones suelen estar vinculadas al uso prolongado de dispositivos como catéteres, cuya superficie se convierte en un entorno ideal para la colonización bacteriana.

Fuente: msn.com

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