Crea innovador mexicano materiales biológicos que sustituyen con éxito a sus homólogos derivados del petróleo
Sus nuevos materiales biológicos son más ecológicos y capaces de sustituir a sus homólogos derivados del petróleo
«Los materiales sintéticos tradicionales son muy tóxicos y poco sustentables en su uso y producción». Así de rotundo se manifiesta el ingeniero biotecnólogo y fundador de Polybion, Axel Gómez-Ortigoza. Ante su crítica, el joven propone una alternativa que consiste en el desarrollo de nuevos materiales de origen biológico capaces de sustituir a los sintéticos en su uso actual.
A través de su empresa, Gómez-Ortigoza ya ha desarrollado tres de estos nuevos materiales: Fungicel, un sustituto para las espumas de los elementos aislantes y de empaquetado; Lignum, capaz de remplazar los paneles de madera sintética; y Celium, una alternativa biológica para la piel sintética. Gracias al potencial de estas invenciones para hacer del mundo un lugar más sostenible, el joven ha sido elegido entre los ganadores de los premios Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2018 de MIT Technology Review en español.
La clave de la innovación de Gómez-Ortigoza radica en usar microorganismos, tanto naturales como modificados genéticamente, para obtener nuevas sustancias a través de un proceso que fija carbono en vez de liberarlo a la atmósfera. Bacterias, levaduras y hongos se alimentan de desechos y producen materiales de alto valor.
«El producto más avanzado es Fungicel, que reemplaza a espumas aislantes y se comercializa en forma de paneles acústicos», aclara el inventor mexicano. En la actualidad, su empresa produce 2.000 de estas piezas cada mes, pero la intención es escalar la producción una vez finalice la ronda de captación de fondos de serie A en la que se encuentran.
«Una de las ventajas de Fungicel es que es retardante a las llamas. Las espumas sintéticas son altamente inflamables y para evitarlo hay que añadir una serie de aditivos químicos que hacen aún más tóxicos estos materiales», explica Gómez-Ortigoza. Pero la composición biológica de su producto logra que la combustión no se propague por el material sin necesidad de incorporar dichos aditivos.
De Celium, otro de sus productos, el innovador destaca el carácter ecológico de su producción. No solo evita el sacrificio de animales para obtener piel, sino que además su fabricación es neutra en emisiones de gases de efecto invernadero, algo que no consigue ni el cuero ni sus alternativas derivadas del petróleo.
Según la profesora de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina) María José Morilla, miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2018, el proyecto de Gómez-Ortigoza es «altamente innovador y tendrá un gran impacto en las industrias de México, incrementando el valor de sus productos».
Fuente: technologyreview.es