Correr y resistir, la fórmula con la que cazaban nuestros antepasados
Si bien no somos famosos por la velocidad que alcanzamos al correr, la resistencia, que viene desde nuestros antepasados, es otra historia
Un estudio recién publicado en Nature Human Behaviour viene a dar más solidez a una hipótesis antiguamente barajeada y conocida como la “persecución de resistencia”. En ella se dice que los cuerpos de nuestros antepasados evolucionaron a favor de correr largas distancias, a manera de estrategia para la caza de sus presas.
Resistencia, la fortaleza secreta de los antiguos humanos
El equipo de investigadores detrás de este trabajo examinó los registros etnográficos de la historia reciente, identificando casi 400 casos de carreras de larga distancia utilizadas para cazar en todo el mundo.
Después de analizar los casos, los científicos concluyeron que es totalmente viable que para nuestros pasados correr tras sus presas hasta que estas se agotaran fuera un recurso valioso cuando de cazar era el caso.
“En comparación con la mayoría de los mamíferos, los humanos tenemos más fibras musculares de contracción lenta, que consumen menos energía al correr largas distancias. También somos buenos evitando el sobrecalentamiento, ya que nuestro elevado número de glándulas ecrinas y nuestra piel desnuda nos permiten sudar copiosamente para refrescarnos. Las piernas largas, los tendones de Aquiles, los pies arqueados y las grandes articulaciones que soportan la tensión en las piernas también contribuyen a nuestra destreza en las carreras de larga distancia”, se lee en un artículo de Smithsonian Magazine.
Fuente: ngenespanol.com