Un equipo de científicos suecos han desarrollado un material aislante a partir de la madera que podría tener un alto impacto en la industria de la construcción, ya que ofrece un rendimiento térmico tan bueno o incluso mejor que los materiales de aislamiento ordinarios a base de plástico, logrando que los edificios sean más eficientes energéticamente y ambientalmente más sostenibles.
Yuanyuan Li, profesor asistente en el Wallenberg Wood Science Center, dek KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo, dice que el nuevo material aislante es un aerogel que se fabrica de la madera sin agregar sustancias adicionales.
Los aerogeles de celulosa de madera en sí mismos no son nada nuevo: los investigadores han estado desarrollando tipos avanzados de aerogeles y otros compuestos durante los últimos años en el Centro de Ciencias de la Madera Wallenberg en KTH, pero Li dice que el nuevo método representa un gran avance en la creación controlada de nanoestructuras aislantes en los poros de la madera.
“Los aerogeles fuertes de base biológica podrían usarse para reemplazar los actuales aerogeles de base fósil que se utilizan en los materiales de aislamiento súper térmico, contribuyendo a la eficiencia energética, la bioeconomía y el desarrollo de una sociedad sostenible”, destaca Li.
El proceso comienza con la deslignificación de la madera, es decir, eliminando la lignina que le da color y resistencia a la madera, lo que deja una gran cantidad de poros. La reducción de la conductividad térmica en el material se realiza generando más nanoporos dentro de ellos, miles de ellos, de hecho.
Estas estructuras nanoporosas se crean mediante la disolución parcial de las paredes celulares seguida de una precipitación controlada, dice Li. Se agrega una mezcla de líquido iónico (IL) para disolver parcialmente la pared celular antes de agregar agua, lo que genera redes de nanofibrillas que hacen que la luz sea nanoporosa.
Li dice que los investigadores desarrollaron un alto nivel de control sobre el proceso de precipitación, lo que significa que pueden crear el nivel preciso de nanoporosidad para lograr la conductividad térmica ideal.
El aislamiento de edificios no es el único uso potencial del aerogel. Li dice que la estructura única permite materiales avanzados para el almacenamiento y la conversión de energía, e incluso la ingeniería de tejidos.
“En el embalaje, por ejemplo, la espuma plástica como el poliestireno ayuda a evitar la transferencia de calor entre los objetos y el entorno circundante, por lo que puede mantener los productos frescos durante el envío”, describe.
“Pero la formación in situ de redes de nanofibrillas dentro de los espacios vacíos de la madera puede hacer que la madera sea un gran aislante térmico”.
Fuente: bioeconomia.info