Científicos chinos fueron capaces de reducir en un 94% la población de mosquitos tigres en dos islas chinas en la ciudad de Guangzhou, de acuerdo con artículo publicado en la revista Nature. Lo consiguieron esterilizándolos, liberando a los machos infectados con la bacteria Wolbachia, lo que impidió que las hembras se reproduzcan. Aunque el método para combatir a los mosquitos ya se conoce, los autores del estudio actual lo mejoraron, al lograr separar a los machos y hembras con una precisión de casi 100%.
Los mosquitos tigre (Aedes albopictus) viven en las regiones subtropicales y tropicales del Sudeste Asiático. Sin embargo, en los últimos 40 años han aparecido en otros continentes. Su difusión es difícil de controlar, ya que sus larvas pueden desarrollarse en contenedores que son difíciles de fumigar cuidadosamente con insecticidas. La mayoría de estos insectos que se encuentran en ciudades y áreas rurales y son portadores de los virus de la fiebre amarilla, el dengue y la chikunguña. Es posible que también puedan transmitir el virus zika.
Bacterias que combaten epidemias
Como aproximadamente un 40% de otros insectos terrestres, las poblaciones de A.albopictus pueden estar infectadas con Wolbachia. Estas bacterias son simbiontes de los mosquitos y pueden tanto beneficiar, como dañar a sus huéspedes. Wolbachia se transmite a través de la línea materna y viven en las células del sistema reproductivo.
Wolbachia reduce la fertilidad de los insectos de varias maneras. Por ejemplo, si los machos infectados con Wolbachia se aparean con una hembra que no está infectada con la misma cepa bacteriana, no tienen descendencia. Si los machos y las hembras infectados con la misma especie de bacteria se aparean, se reproducen con éxito. Así, gracias a Wolbachia aumenta el número de insectos infectados.
Por otro lado, algunas de cepas de Wolbachia bloquean la propagación de patógenos en las poblaciones de mosquitos. Los investigadores brasileños ya demostraron que la presencia de esa bacteria en la población de los mosquitos Aedes aegypti, los cuales transmiten la fiebre amarilla, previene la propagación del virus zika en la población. También científicos australianos lograron combatir la fiebre del dengue en una sola ciudad con la ayuda de Wolbachia.
El experimento en Guangzhou
Xiaoying Zheng de la Universidad Sun Yat-sen y sus colegas de los Estados Unidos y China intentaron destruir la población de mosquitos tigres en varias zonas de la megacuidad china de Guangzhou, porque tiene la tasa más alta de fiebre del dengue en China. La población de la ciudad en 2018 era de 14 millones. Los científicos eligieron dos islas de 3.3 y 10.9 kilómetros cuadrados en el río que fluye en Guangzhou como un sitio experimental.
Los mosquitos tigres que viven en este territorio están infectados con dos especies de Wolbachia, pero ninguna de ellas evita la propagación de patógenos en la población. Por lo tanto, los científicos criaron una línea de mosquitos tigre infectados con un tercer tipo de Wolbachia (wPip) que es capaz de reducir la difusión de virus peligrosos para los humanos en la población. Después los científicos pusieron en libertad solo los machos que tenían wPip. Se apareaban con hembras salvajes en las islas experimentales e hicieron imposible que se reprodujeran con éxito.
Si las hembras fueron infectadas con wPip, se aparearían con machos salvajes y de laboratorio y la población continuaría existiendo, pero con wPip. Esto también tiene sus ventajas, ya que los virus se propagarían más lentamente en esta población y habría menos personas infectadas. Sin embargo, esto no pudo resolver la tarea científica de eliminar a la población. Por lo tanto, los investigadores desarrollaron un método que permitió infectar solo a los machos.
Por lo general, los científicos clasifican las pupas (mosquito en estado de metamorfosis) de los mosquitos por tamaño y luego realizan otra clasificación manual. Ahora los autores irradiaron las pupas con una dosis relativamente baja de radiación de rayos X. Gracias a esto las hembras nacieron estériles, mientras que la fertilidad de los machos solo se redujo ligeramente. Como resultado, solo un 0.24% de las hembras infectadas entraron en la naturaleza y lograron dejar descendencia.
La siguiente tarea de los investigadores fue determinar a qué hora y cuántos machos de laboratorio debían ser liberados para que pudieran reemplazar a los insectos salvajes en la población. Los científicos utilizaron experimentos de laboratorio y modelos matemáticos. Resultó que la proporción relevante de machos de laboratorio y salvajes fue 5:1. Durante el pico de temporada de reproducción liberaron cinco millones de machos por semana en islas experimentales. Las pruebas de campo fueron realizadas en 2016 y 2017.
Al final de la temporada de reproducción de A.albopictus que dura de marzo a noviembre los científicos estimaron la población de insectos y el número restante de hembras en las islas. Resultó que durante dos años el número de huevos de mosquito disminuyó en un 94%, y el número de hembras adultas disminuyó en un 83-94%.
Por otro lado, en los Estados Unidos se permitió combatir la propagación del mosquito tigre con la ayuda de Wolbachia. En 2017, la Agencia de Protección Ambiental permitió la liberación de mosquitos infectados con bacterias en el país en el marco del experimento más grande de su historia.
Fuente: elespectador.com