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Cómo afectan los hongos alucinógenos al cerebro humano

Los hongos alucinógenos, conocidos también como “hongos mágicos”, han sido utilizados durante milenios en diversas culturas por sus efectos psicodélicos y espirituales. En las últimas décadas, la ciencia moderna ha comenzado a desentrañar los misterios de cómo estos hongos afectan el cerebro humano.

Qué Son los Hongos Alucinógenos

Los hongos alucinógenos contienen compuestos psicoactivos, principalmente la psilocibina y la psilocina. Estos compuestos se encuentran en más de 180 especies de hongos, siendo los más conocidos los del género Psilocybe. Al ser ingeridos, la psilocibina se convierte en psilocina en el cuerpo, que es la sustancia que realmente interactúa con el cerebro.

Mecanismo de Acción en el Cerebro

  1. Receptores de Serotonina: La psilocina tiene una estructura química similar a la serotonina, un neurotransmisor que juega un papel crucial en la regulación del estado de ánimo, la percepción y el comportamiento. La psilocina se une a los receptores de serotonina, especialmente el receptor 5-HT2A, alterando la comunicación neuronal y provocando los efectos psicodélicos.
  2. Reducción de la Actividad en la Red Neuronal por Defecto (DMN): La DMN es una red de regiones cerebrales que se activan cuando una persona está en reposo y no está centrada en el mundo exterior, como durante la introspección o la autoconciencia. Los estudios han mostrado que la psilocina reduce la actividad en la DMN, lo cual puede explicar las experiencias de disolución del ego y la sensación de unidad con el entorno reportadas por los usuarios.
  3. Neuroplasticidad: La investigación sugiere que la psilocina puede aumentar la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones sinápticas. Esto podría tener implicaciones positivas para el tratamiento de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.

Efectos Psicológicos y Perceptivos

  1. Alteración de la Percepción: Los hongos alucinógenos pueden alterar la percepción sensorial, haciendo que los colores parezcan más vivos, las formas se distorsionen y se experimenten sinestesias, como “ver” sonidos.
  2. Experiencias Espirituales y Místicas: Muchos usuarios reportan experiencias profundamente espirituales o místicas, incluyendo una sensación de conexión con el universo, una percepción alterada del tiempo y experiencias de “trascendencia del ego”.
  3. Emociones Intensificadas: Los efectos emocionales pueden ser intensos, y los usuarios pueden experimentar desde euforia y asombro hasta ansiedad y paranoia, dependiendo del entorno y del estado mental previo a la ingestión.

Aplicaciones Terapéuticas

La investigación sobre los hongos alucinógenos está resurgiendo, y estudios recientes sugieren que podrían tener aplicaciones terapéuticas importantes:

  1. Tratamiento de la Depresión: Ensayos clínicos han demostrado que la psilocibina puede aliviar los síntomas de la depresión, incluso en casos resistentes a los tratamientos convencionales. Los efectos antidepresivos parecen durar mucho más que la duración del estado psicodélico.
  2. Ansiedad y Trastornos del Estrés Postraumático (TEPT): La psilocibina ha mostrado promesa en la reducción de la ansiedad y los síntomas de TEPT, ayudando a los pacientes a procesar experiencias traumáticas de una manera más saludable.
  3. Adicciones: Estudios piloto han indicado que la psilocibina puede ser efectiva para tratar adicciones, como el tabaquismo y el alcoholismo, al ayudar a los individuos a romper patrones de comportamiento adictivo.

Seguridad y Consideraciones

  1. Riesgos Psicológicos: Aunque la psilocibina es generalmente segura, puede provocar experiencias psicológicas desafiantes o perturbadoras, especialmente en individuos con predisposición a trastornos psicóticos o en entornos no controlados.
  2. Legislación y Uso Responsable: La legalidad de los hongos alucinógenos varía ampliamente en todo el mundo. Es crucial que cualquier uso se haga de manera informada y segura, idealmente bajo supervisión profesional en contextos terapéuticos.

Fuente: noticiasdelaciencia.com