Ciencia

Cinco formas de aterrizar en Marte

Aunque podamos ver piedras milimétricas en Marte gracias a los ‘rover’ y a los ‘lander’ que hemos enviado, Marte está lejos. Está tan lejos que cuando se diseñan las maniobras de aterrizaje, se preparan para que se realicen de manera automática. Y esto no es un capricho sino una necesidad.

Un ejemplo: cuando aterrizó el ‘rover’ Curiosity, el envío de una orden hubiese tardado 13 minutos en llegar, y la respuesta a esa orden, otros 13 en volver. Un total de 26 minutos, tiempo suficiente para que el artilugio se estrelle contra la superficie ya que la maniobra de aterrizaje duró sólo 7 minutos.

Y aterrizar en Marte no es sencillo. Teniendo en cuenta la masa y el volumen del ‘rover’ o ‘lander’ que queremos enviar tenemos cinco maneras de posarlo en el planeta vecino.

Los impactadores

Cabe destacar que de este sistema no se tienen resultados porque las sondas que lo incorporaron no han retransmitido datos desde Marte, básicamente porque se han estrellado.

El Mars Polar Lander (1999), por ejemplo, incorporaba este dispositivo, que consistía en disparar dos perforadores a gran velocidad cuando quedaba poca distancia al suelo y una vez abandonado el paracaídas. El principio de acción-reacción haría que la sonda redujese su velocidad de caída considerablemente y el ‘lander’ debería soportar el impacto sin problema.

Los retropropulsores y la bolsa de desplazamiento

Los primeros sistemas de aterrizaje soviéticos en Marte –finales de la década de los ’70– consistieron en un paracaídas principal y otro secundario que frenaban mucho la velocidad de caída.

Después, a cierta distancia del suelo, se activaría un sistema de retropropulsión para seguir reduciendo la velocidad, y al caer al suelo, una bolsa de desplazamiento amortiguaría la caída para luego, con la presión de la bolsa, expulsar el resto de protecciones para posar al ‘rover’ en Marte.

Los airbags

Los ‘rover’ Spirit y Opportunity (2004) utilizaron este método, en el que un sistema de paracaídas reduce en gran medida la velocidad de caída y, una vez retirados los escudos térmicos protectores y con el apoyo de unos retropropulsores durante unos segundos, una serie de airbags esféricos cubren totalmente el ‘rover’. Al impactar contra el suelo, rebota varias veces hasta que se detiene y entonces los airbags se desinflan y el ‘rover’ queda posado en la superficie.

Retrocohetes

El lander Phoenix (2008) de la NASA utilizó este sistema que marcó un hito en el aterrizaje marciano, ya que después de que el paracaídas atenuase la velocidad de descenso, unos retrocohetes estabilizaron el ‘lander’ dejándolo suspendido en el aire para luego, reduciendo el empuje ligeramente, hacer que la sonda descendiera y aterrizase suavemente en la superficie.

Retrocohetes + Skycrane

Este modo de aterrizaje fue el utilizado por el rover Curiosity (2012), y es el más espectacular de todos. En él, tras los paracaídas y la eyección del escudo térmico, una grúa se lanza en caída libre para que, cuando llega a una determinada altura, unos retrocohetes reduzcan su velocidad de caída hasta dejarla suspendida en el aire.

Es entonces cuando unos cables descuelgan el ‘rover’ desde la grúa hasta el suelo. Cuando el sistema detecta que el ‘rover’ ha tocado tierra, se sueltan los cables y la grúa sale volando para estrellarse fuera de la zona de trabajo del vehículo.

De momento se quedarán en cinco tipos de aterrizaje, porque el próximo ‘rover’, Mars 2020, utilizará este mismo sistema que ya estrenó el Curiosity.

Fuente: Antonio Pérez Verde / cienciaxplora.com