Científicos se inspiran en pelo de oso para crear una membrana nanoestructurada que desale agua
¿Sabías que los osos polares no son blancos, sino translúcidos? En realidad, aunque a simple vista no podamos apreciarlo, el pelaje que cubre su cuerpo está formado por vellos huecos que almacenan burbujas de aire en cada fibra. Esta disposición lo convierte en un extraordinario aislante térmico que, además, crea una sensación blanquecina, haciéndonos creer que su pelo es del mismo color que la nieve.
Pues bien, esta curiosidad zoológica tampoco ha pasado desapercibida para un equipo de científicos internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, quienes se han inspirado precisamente en esta interesante distribución del pelo del oso polar para desarrollar una membrana nanoestructurada capaz de desalar el agua.
Pelo de oso polar para desalar el agua
Mohamed Khayet es el director del departamento de Física Aplicada I de la UCM y autor principal de esta investigación. Tomando como modelo la estructura del pelo, él y su equipo han creado una membrana con baja conductividad térmica, alta porosidad y rugosidad superficial, que es además hidrofóbica, es decir, que repele el agua. Todas estas propiedades la convierten en una herramienta ideal para la desalación del agua con alto contenido en sales o salmueras. Según sus creadores, con este tipo de red nanofibrosa es posible obtener agua potable, y sobre todo agua pura.
Esta investigación se enmarca en una tecnología que cada vez tiene más partidarios y más aplicaciones, la destilación en membrana, un proceso que consiste en la evaporación del agua a un lado del poro, y la posterior condensación del vapor producido en el otro lado ya sin las partículas de sal.
No obstante, aparte de la desalación, la membrana podría tener un futuro prometedor en el sector farmacéutico, alimentario, textil o metalúrgico, ya que es capaz de concentrar y eliminar de los productos: proteínas, antioxidantes, tintes o metales pesados.
La investigación ha sido publicada en Journal of Materials Chemistry A, y, además de la UCM, también participan la Universidad Donghua (China) y el instituto IMDEA Agua (Madrid).
Fuente: innovation-hub.com