Científicos de todo el mundo, a punto de anunciar un importante hallazgo en el espacio
Ya es un secreto a voces. El próximo lunes 16 de octubre se anunciará de forma oficial un importante hallazgo científico. El observatorio de ondas gravitacionales de Estados Unidos, el LIGO, ha anunciado una rueda de prensa para las cuatro de la tarde (hora española), “para discutir nuevos desarrollos en la astronomía de ondas gravitacionales”, tal como ha anunciado a través de un comunicado de prensa. Por su parte, el Observatorio Europeo Austral (ESO), del que dependen muchos de los telescopios más potentes del planeta, ha anunciado en otro comunicado una rueda de prensa para la misma hora y en este caso “para presentar observaciones revolucionarias de un fenómeno que nunca antes ha sido presenciado”.
Todo lo relacionado con el anuncio está embargado hasta el próximo lunes y no ha trascendido ningún detalle, salvo la composición de la representación de los investigadores que harán el anuncio. Allí habrá importantes representantes del LIGO (como David Reitze o David Shoemaker), así como otros del observatorio europeo de ondas gravitacionales (Virgo). También habrá astrónomos relacionados con la Astronomía de rayos gamma, supernovas y la búsqueda de la contraparte óptica de las ondas gravitacionales, entre otras ramas.
Rayos Gamma y estrellas de neutrones
El pasado 3 de octubre, después de haber recibido el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de ondas gravitacionales, Rainer Weiss dijo que algo muy interesante iba a ocurrir en el futuro: “De hecho, ya ha ocurrido, de alguna forma, y más pasará el 16 de octubre”. No quiso adelantar más para no robarle el protagonismo a los descubridores, pero sí recordó que uno de los eventos más esperados entre los buscadores de ondas gravitacionales es la fusión de estrellas de neutrones.
Kip Thorne, el experto en agujeros negros que también recibió el Nobel por las ondas, explicó a ABC meses atrás que a partir de la posible observación de la fusión de estrellas de neutrones “aprenderemos mucho sobre la fuerza nuclear que controla las propiedades de la materia de una estrella de neutrones”. Y aún hay más: “Al combinar estas observaciones con observaciones electromagnéticas –apuntando con telescopios al fenómeno– esperamos aprender la naturaleza de los misteriosos estallidos de rayos gamma (GRB), que los astrónomos han estado observando durante décadas”.
Este fenómeno dura solo unos segundos y puede ir seguido de destellos de luz visible, ondas de radio y rayos X que pueden llegar a durar varios días. Tal como dijo en Nature.com Stuart Shapiro, astrofísico en la Universidad de Illinois, Estados Unidos, la detección de las ondas gravitacionales de la fusión de dos estrellas de neutrones marcaría una nueva era en la Astronomía, en la que un mismo fenómeno podría verse a través de telescopios y ser “escuchado” por medio de las vibraciones del espacio-tiempo, las ondas gravitacionales: “Sería un increíble avance en lo que sabemos”.
En definitiva, de tratarse de este hallazgo, los científicos tendrían una nueva forma de medir de forma más precisa la exactitud de lo predicho por la Relatividad de Einstein, puesto que la fusión de estrellas de neutrones puede durar un minuto en vez de los segundos de la fusión de agujeros negros. Además, quizás se podrían averiguar cosas interesantes sobre el origen y la estructura de las estrellas de neutrones (bastante desconocidos) y, lo que es más importante, se podría dilucidar definitivamente de donde provienen los estallidos de rayos gamma (GRBs), un fenómeno cuyo origen no es claro.
El día en que se disparó la expectación
La expectación de este hallazgo comenzó en agosto, cuando el astrónomo de la Universidad de Texas, Austin, EE.UU., J. Craig Wheeler, escribió un mensaje en Twitter en el que decía que el LIGO había captado una nueva fuente con una contraparte óptica. “¡Es extraordinario!”, escribió. Arrepentido, Wheeler reculó y dijo que su mensaje había sino inapropiado y que no debía ser él quien hiciera el anuncio. LIGO, por su parte, aclaró que habían detectado varios candidatos a fuente de ondas gravitacionales pero que haría falta tiempo para hacer los cálculos necesarios para poder confirmarlo.
Los ojos puestos en la galaxia NGC 4993
Sin embargo, Wheeler abrió la caja de pandora y, con la ayuda de las redes sociales, los astrónomos dieron pistas sobre lo que acababan de observar. Peter Yoachim, astrónomo de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, dijo que el origen estaba en la galaxia NGC 4993, situada a 130 millones de años luz en la constelación Hidra. “Una fusión de estrellas de neutrones es nuestra primera apuesta”, prosiguió. Otros astrónomos, que no quisieron compartir su nombre, hablaron en privado de estos rumores antes de que Wheeler y Yoachim escribieran sus mensajes en Twitter.
Por si fuera poco, importantes observatorios de todo el mundo consideraron esa potencial fuente de ondas gravitacionales como un “objetivo de oportunidad” y apuntaron sus espejos y receptores hacía allá. Este fue el caso del telescopio espacial de rayos gamma Fermi, de la NASA, el Hubble, telescopio espacial de rayos X Chandra y el Observatorio Europeo Austral (ESO), con sus telescopios VLT (“Very Large Telescope”) y ALMA (“Atacama Large Millimeter/submillimeter Array”, tal como informó Nature.com. ¿Qué vieron en el espacio?
La era de las ondas gravitacionales
Las ondas gravitacionales son un fenómeno predicho en 1915 por la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein, y son perturbaciones del espacio-tiempo que se originan cuando cuerpos muy masivos sufren aceleraciones muy intensas. En febrero de 2016, se confirmó que Einstein estaba en lo cierto y se anunció la primera detección directa de ondas gravitacionales. Desde entonces, este fenómeno se ha detectado en otras tres ocasiones: la segunda y la tercera detección han recibido más de 1.700 citaciones en revistas científicas, y la última fue anunciada el 27 de septiembre y se logró, por primera vez, gracias a la cooperación entre LIGO y Virgo. Además, los descubridores de las ondas gravitacionales recibieron el Premio Nobel de Física el pasado 3 de octubre, en representación de los cientos de investigadores de todo el mundo que trabajan en ello.
Fuente: abc.es