La herramienta se ha probado en ratones con buenos resultados y, en un futuro, podría utilizarse para estudiar procesos como la ovogenesis
El nacimiento de un ratón es hoy noticia. Pero no porque el animal en sí tenga algo de especial, sino por cómo se ha engendrado en los laboratorios. Según recoge este mismo jueves la revista ‘Science’, un equipo de investigadores japoneses ha logrado modificar células madre embrionarias, reconvertirlas en la estructura de un folículo ovárico, ensamblar estas piezas hasta conseguir óvulos completamente funcionales y que, a partir de estos, nacieran ratones en perfecto estado de salud. No es la primera vez que se logra crear un ratón a partir de células pluripotentes.
El logro, esgrimen los responsables del estudio, supone un “desafío en el estudio de la biología reproductiva”. Esta herramienta, de hecho, podría convertirse en un modelo de estudio para investigar los diferentes momentos de la producción de óvulos (ovogénesis). Sobre todo porque, gracias a esta técnica, se consigue forjar un mejor ‘caldo de cultivo’ para la producción de ovocitos sin la necesidad de añadir manipulaciones genéticas al proceso. El avance, argumentan los expertos, tendría un enorme potencial para la investigación. ¿Pero sería factible aplicar estos avances a las técnicas de reproducción asistida?
La respuesta es espinosa. Cian Lynch, experto independiente interpelado por EL PERIÓDICO, recuerda que el desarrollo de ovocitos es harto complejo. Y no solo porque el proceso requiere que diferentes tipos de células trabajen en perfecta sincronía. También porque, para que un óvulo salga adelante, hace falta que este complejo proceso siga su curso durante mucho. En ratones, por ejemplo, el desarrollo embrionario demora varias semanas. Pero en humanos el proceso se alarga alrededor de nueve meses en humanos (el tiempo que, de hecho, dura el embarazo). Trasladar esta técnica de los laboratorios a la práctica clínica, pues, “supondría un aumento significativo tanto en complejidad como en tiempo”, argumenta el científico del Institute For Research in Biomedicine de Barcelona (IRB).
En esta misma línea se posicionan los investigadores Ling Yang y Huck Hui Ng, científicos independientes al estudio, en relación al logro anunciado hoy en ‘Science’. “Estamos ante una prueba de concepto que supone un “gran paso adelante para la gametogénesis ‘in vitro'”, argumentan los expertos. Pero de ahí a trasladar la herramienta al área clínica todavía hay un trecho. “Los desafíos técnicos para obtener células de alta calidad en humanos todavía son considerables”, resumen los científicos del Genome Institute of Singapur en un artículo adjunto al recién publicado estudio.
Debate ético
Pero por complicado que parezca, todo apunta a que estas investigaciones, a largo plazo, intentarán aplicarse al caso humano. “Es simplemente cuestión de tiempo y de investigación”, esgrime Lynch. Si se consiguiera crear ovocitos sanos y funcionales a partir de células madre se podría, sin ir más lejos, “remplazar la dependencia del ovario o de su reloj biológico”, comenta el experto del IRB en declaraciones a este diario. Esto, por lo tanto, abriría la puerta a ampliar el abanico de herramientas disponibles para la reproducción asistida.
El futuro de esta técnica, y de las que se descubran en los laboratorios, dependerán de dos factores. “Biología y ética”, resumen Lynch. Primo, porque habrá que ver cómo se traslada el proceso al complicado ecosistema de la reproducción humana. Y segundo, porque hay preguntas que se deben abordar desde la bioética. “La ética es una cuestión clave en este tipo de investigaciones. Antes de aplicar estas técnicas en pacientes, por ejemplo, debemos saber si los ovocitos son seguros o si en el proceso ‘in vitro’ se producen daños”, comenta el científico.
Ling Yang y Huck Hui Ng, por su parte, también argumentan que el debate ético definirá el futuro de estas investigaciones. “La comunidad científica debe debatir cuidadosamente sobre las implicaciones éticas del proyecto antes de pasar a la aplicación clínica”, argumentan los expertos. La ciencia, pues, solo debe avanzar de la mano de la ética. Y con la sociedad en el centro del debate.
Fuente: elperiodico.com