A pesar de que llevan millones de años en este planeta, los volcanes y su funcionamiento siguen siendo un misterio para la ciencia. Dado que es prácticamente imposible entrar a un volcán para estudiarlo, los investigadores de la Universidad de Buffalo están investigando los diversos mecanismos que hay detrás de las explosiones volcánicas probando a crear erupciones ellos mismos.
El laboratorio creado por el investigador jefe en esta materia, Ingo Sonder, no es una habitación blanca y brillante llena de tubos de vidrio y matraces. De hecho, ni siquiera está dentro de ningún edificio. Él y su equipo conducen hasta un área remota a casi 65 kilómetros al sur del campus, donde crean lava en unas antiguas instalaciones de pruebas balísticas. Hacer lava es un asunto muy peligroso, por lo que no puede haber espectadores imprevistos.
En este laboratorio al aire libre, el experimento dura aproximadamente 13 horas. Eso incluye todo el tiempo necesario para calentar las rocas hasta que se derritan, y luego la parte de acción del experimento que dura solo unos segundos, donde los investigadores inyectan agua en las rocas fundidas para crear una explosión de lava. Las temperaturas del horno utilizadas para el proceso pueden alcanzar hasta 1.300 grados Celsius, por lo que los investigadores deberán usar trajes especiales resistentes al calor. Aún así, resulta muy extraño acercarse tanto a esa lava brillante.
Esta investigación es fundamental. Sonder y su equipo creen que estudiando los movimientos de su lava artificial, pueden comprender mejor lo que sucede en los volcanes. Dado que millones de personas viven cerca de volcanes activos, tiene esperanzas de que esta investigación pueda ayudar a desarrollar algún tipo de sistema de aviso para que los científicos sepan cuándo se acerca una erupción y qué podemos esperar que ocurra. El año pasado, el volcán Fuego en Guatemala entró en erupción, arrojando rocas, lava y cenizas, matando a más de 60 personas.
Así que, estos experimentos podrían acabar salvando vidas reales.
Fuente: es.gizmodo.com