Un equipo de científicos ha encontrado evidencias fósiles hasta ocho metros debajo del lecho marino, en aguas cuatro veces más profundidad de las que se consideraban el límite para albergar vida submarina.
Los investigadores, de la Universidad de Leeds y del Centro Nacional de Oceanografía (Reino Unido), examinaron restos de madrigueras encontrados en afloramientos rocosos, que formaban parte del fondo del océano hace aproximadamente 250 millones de años, formados por láminas de arena que se encuentran ampliamente distribuidas en los fondos oceánicos modernos, lo que sugiere que la vida marina de las profundidades marinas puede ser mucho más abundante de lo que se pensaba anteriormente. Los hallazgos han sido publicados en Scientific Reports.
Se cree que estas estructuras de ramificación que componen las huellas fósiles fueron creadas por organismos que anteriormente se pensaba que vivían principalmente en los 20 centímetros superiores de sedimentos y raramente llegaban a más de 1,5 metros, debido a la disminución de oxígeno y alimentos en niveles más profundos del sedimento. Sin embargo, el equipo documentó huellas vivas de las criaturas, conocidas como bioturbación, en los márgenes de las inyectitas clásticas ubicadas al menos a ocho metros por debajo del fondo del mar.
Para producir estas huellas, los organismos tendrían que sobrevivir el tiempo suficiente para excavar durante horas o incluso días. El tamaño de las madrigueras sugiere invertebrados macroinfaunales como pequeños camarones y gusanos. Según la autora principal, Sarah Cobain, “estos afloramientos nos dan una instantánea de la vida de las profundidades marinas. Sabemos que los animales marinos modernos viven en el mismo material que se ha fosilizado en estas rocas”.
La recolección de muestras intactas del fondo oceánico es un desafío tecnológico. La distancia hasta el lecho marino del océano y las dificultades de extraer muestras hace que sea problemático determinar qué tan profundamente se entierran los animales modernos. Los modernos estudios biológicos en aguas profundas se dirigen a los lodos ya que son más simples de muestrear que las arenas movedizas de los fondos marinos profundos.
Un estudio publicado en 2016 afirmaba que bajo el mar también hay abejas. Los ecosistemas submarinos tienen polinizadores que realizan la misma tarea que estps insectos voladores en tierra. Al igual que sus parientes terrestres, las hierbas submarinas desperdigan polen para reproducirse sexualmente. Hasta ese momento, los biólogos asumían que las plantas marinas dejaban la tarea de esparcir sus genes solo a las corrientes marinas.
Fuente: nmas1.org