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Científicos descubrieron por qué la piel de los elefantes es tan “arrugada”

Algunas de las características más notorias de los elefantes implican su gran tamaño, su larga trompa, sus extensas orejas, sus colmillos, etc. Sin embargo, hay también algo muy común en estos animales y es su piel. Esta suele ser agrietada y con “arrugas”, y hasta hace poco se desconocía el propósito de que se viera así.

Un estudio reciente quiso responder la pregunta a la razón de la extraña forma de la piel de los elefantes. El documento, publicado en Nature, sugiere que esta piel ha tenido un papel fundamental en la supervivencia de esta especie.

Lo primero que determinaron los científicos de la Universidad de Ginebra y el Instituto Suizo de Bioinformática es que en realidad no son arrugas lo que tienen los elefantes. Mirando de cerca, lo que tiene esta en realidad son pequeñas grietas interconectadas por toda la superficie. Además, las grietas permitirían que el animal permaneciera fresco.

¿Cómo funciona esta piel?

El líder de este estudio, Michel Milinkovitch, explicó que esta piel agrietada ayuda a controlar la temperatura de los elefantes:

“Este hermoso patrón fino de millones de canales es adaptable porque ayuda al desprendimiento de lodo y ayuda a la propagación y retención de cinco a 10 veces más agua (en comparación a utilizar agua con piel lisa), lo que permite al animal controlar eficientemente la temperatura de su cuerpo”.

Los científicos examinaron muestras de piel de elefante y descubrieron que las grietas son fracturas de una capa más externa de la piel. Esta capa se conocería como estrato córneo. Estas fracturas, a su vez, están conectadas por una red de grietas minúsculas. Todo este sistema actuaría como forma de retención de agua.

Cuando vemos clips de elefantes bañándose y “jugando” en el lodo no lo hacen necesariamente porque se diviertan. En realidad lo hacen porque es un proceso importante para protegerse de su entorno hostil. El barro que cae sobre la piel protege a los elefantes del sol y los parásitos, y el agua que tiran sobre sus espaldas los ayuda a no recalentarse en el abrasador sol africano.

Cuestión de necesidad

Por otro lado, habría también una presencia de fracturas en la piel dependiendo de la edad y la ubicación geográfica.

Los científicos por medio de modelos por computadora descubrieron que las grietas se generan con el paso de los años. A medida que un elefante crece, provoca más presión en la epidermis. Esto provoca que la piel se haga tan gruesa que en un punto se agriete. Adicionalmente tiene mucha cantidad de queratina, lo que la hace impresionantemente resistente. Por eso, un elefante bebé no tendría tantas grietas en la piel como un adulto.

Los elefantes asiáticos adultos tampoco tienen grietas, pero no las necesitan casi. A diferencia de los de África, este tipo de paquidermos tendrían acceso a hábitats más húmedos. En otras palabras, los elefantes asiáticos no luchan por mantenerse frescos.

En cambio, los elefantes africanos tienen un acceso menos frecuente al agua, por lo que necesitan una piel que pueda almacenar agua durante períodos de tiempo más prolongados. No tienen glándulas sudoríparas y sebo, por lo que el sudor no puede ayudar a que su piel se mantenga húmeda y flexible. Las grietas resultan ser una necesidad, recogiendo agua para que estos gigantes no mueran de calor.

Fuente: fayerwayer.com