Nuestro planeta esta lleno de espacios y fenómenos que aún estamos intentando comprender. Hace poco vimos lo que ocurría con una grieta en Kenia o el agujero azul del Caribe, pero hay muchos más. En este caso tenemos que hablar de los ‘círculos de hadas’, un fenómeno aparecido en distintos y distantes puntos de planeta (los han encontrado tanto en Australia como en Namibia) y que no se sabe su origen. Bueno, puede que no se supiera a ciencia cierta hasta ahora.
Una nueva investigación, llevada a cabo por investigadores de universidades alemanas, australianas e israelíes, y publicada en dos artículos en la revistas Ecosphere y Journal of Arid Enviroments, apuntan a una solución definitiva sobre este asunto. Y aunque suene demasiado terrenal, los investigadores han llegado a la conclusión de que estos agujeros no responden a algo demasiado misterioso sino que nacen provocados por procesos típicos como el desgaste del suelo por las lluvias, el calor o la evaporación. Una conclusión que deja de lado las teorías que hablaban de termitas, plantas venenosas o incluso la aparición de gases subterraneos.
Por si nunca has oído hablar de estos círculos, se trata de una especie de anillos (normalmente miden unos 6 metros de diámetro) de tierra rodeados por vegetación similar al pasto que se encontraron por primera vez en el desierto de Namib (Namibia) en los años 70 y en 2014 cobraron más importancia al ser encontrados en el oeste de Australia. Llamaron la atención desde el principio a los expertos por su extraña forma y su orden casi matemático, pero había mucho más. Y es que tenemos ante nosotros dos fenómenos casi idénticos que se repiten en pequeñas zonas a más de 10.000 kilómetros de distancia y sin un origen ni una razón clara.
Durante años se ha especulado con la posibilidad de que nacieran de la competición entre plantas para encontrar agua en zonas desérticas (siguiendo la teoría de la autoorganización de Alan Turing) o que todo se debiera a unas termitas subterráneas. Pero esas ideas acaban de ser desechadas en gran medida por este último estudio.
Es verdad que solo han investigado los hoyos encontrados en Australia y que faltaría evaluar el caso africano, pero ya han dejado algo claro que es posible generalizar: las termitas son incapaces de hacer estos agujeros y hay indicios en el suelo . “Las brechas de vegetación causadas por las termitas cosechadoras tienen aproximadamente la mitad del tamaño de los círculos de hadas y están mucho menos ordenadas”. explica Stephan Getzin, uno de los autores del estudio.
Para refutar su teoría utilizaron tecnologías Google Earth o drones para mapear la zona e incluso excavaron 154 hoyo en un total de 48 de estos anillos probando que bajo muchos de ellos ni siquiera existían colonias de estos insectos. Sin embargo, según los investigadores, la alta compactación del suelo, el contenido de arcilla en los círculos de hadas investigados y las áreas de referencia libres de vegetación son indicios de que están formados por procesos abióticos, como el desgaste mecánico del suelo por la lluvia intensa en ciclones, el calor y la evaporación.
Ahora toca ver si esto mismo se cumple también en Namibia, pues aunque son fenómenos muy similares tienen sus particularidades. En África son muchos más los círculos encontrados y se han llegado a descubrir ejemplos extraños como algunos anillos que llegan a los 20 metros de diámetro.
Fuente: elconfidencial.com