La nueva cadena alimentaria contempla el consumo de nuevas fuentes de proteína, como los insectos, o el aumento del consumo de algas
El crecimiento exponencial de la población mundial pone de manifiesto la necesidad de aumentar la disponibilidad de alimentos, así como el requerimiento de que sean más nutritivos y seguros y así poder combatir el hambre y la mal nutrición. Afortunadamente, en la consecución de este objetivo contamos con importantes avances, llevados a cabo en el marco de la investigación en ámbitos como la ciencia, la tecnología o la biotecnología, en su área agroalimentaria.
Ponen el foco en la conjugación de agricultura y alimentación –tanto humana como animal– para mejorar los alimentos que consumimos. En este sentido, la biotecnología proporciona herramientas para fomentar la creación de una cadena de procesamiento de alimentos más sostenible, con productos más seguros, saludables, nutritivos y amigables con el medioambiente. Además, gracias a las soluciones habilitadas a través de estas investigaciones, los recursos naturales necesarios se pueden utilizar de una manera más eficiente, lo que evita tener que incrementar las tierras para cultivo ayudando así a preservar los hábitats naturales y la biodiversidad y a disminuir las emisiones de efecto invernadero.
Alternativas como los insectos o las algas
La nueva cadena alimentaria incorpora las claves de la alimentación del futuro, hacia las cuales está trabajando la biotecnología. Una de ellas es la búsqueda de nuevas fuentes de proteína, como los insectos, un ámbito en el cual está trabajando la empresa española Tebrio, considerando que la cría de insectos a gran escala es eficiente y que su producción requiere de menos recursos naturales en comparación con la carne convencional.
En este sentido, Adriana Casillas, CEO de Tebrio, apunta: «El continuo crecimiento de la población mundial, junto con las mayores necesidades de consumo de alimentos relacionados con el consumo de proteínas que surgen del aumento del estado de bienestar en los países emergentes, y sumándole el impacto negativo que tiene y seguirá teniendo el cambio climático en las fuentes de alimentación convencionales, nos lleva a un colapso del sistema en el que se estima un déficit de 200M toneladas al año ya en el año 2035”.
Y continúa: “Es totalmente necesario apostar por nuevos sistemas de producción, así como nuevas fuentes de alimento, como es el caso de los insectos, enmarcados dentro del sector biotecnológico, cuya actividad es totalmente respetuosa con el medio ambiente y aporta una fuente de proteínas de altísima calidad. Para apostar por estos nuevos modelos de negocio con un impacto tan positivo tanto en la demanda como en la neutralidad climática, se requiere de un sector biotecnológico fuerte y unido que de soporte a las compañías como Tebrio, y reúna a todos los mercados alrededor de la biotecnología, para lo que Biospain es un marco necesario en aras de conseguir este objetivo común cuya finalidad es la sostenibilidad de nuestro sistema alimentario”. Para apostar por estos nuevos alimentos es necesario contar con un sector biotecnológico fuerte, que de apoyo a las compañías en el objetivo de trabajar para conseguir la sostenibilidad del sistema alimentario.
Otras empresas, como AlgaEnergy, optan por el aumento de la utilización de algas, destacadas como el futuro de los alimentos vegetales. Carlos Rodríguez-Villa, director general de AlgaEnergy, explica al respecto: “La biotecnología está llamada a jugar un papel esencial, por ejemplo, a través de la creación de insumos agrícolas de base biológica que ayuden a los agricultores a producir de una forma más eficiente, segura y sostenible”.
Por otro lado, Bayer trabaja en la mejora de las características de los alimentos, con el fin de lograr que tengan mejor sabor, mejores características nutricionales y que sean menos perecederos. Richard Borreani, responsable de Public Affaris, Science & Sustainability de Bayer Crop Science destaca al respecto: “Alimentar una población en constante crecimiento y a la vez respetando al planeta es un gran desafío. La solución reside en la tecnología y la innovación. Es decir, producir más con menos. En Bayer a través de nuestra visión “Salud y alimentos para todos” estamos muy comprometidos para aportar soluciones basadas en la ciencia para afrontar este gran reto. La biotecnología es y será un sector fundamental para aportar soluciones a este desafío a través de la mejora genética entre otros elementos”.
Borreani también destaca: “El cambio climático es una realidad y, por ejemplo, obtener plantas aún más productivas y necesitando menos agua es una necesidad para que los agricultores puedan seguir produciendo el alimento en cantidad suficiente optimizando los recursos naturales. Este año se va a celebrar Biospain y es una excelente oportunidad para conocer mejor lo que puede aportar la biotecnología al sector agroalimentario, a los consumidores, a los agricultores y al medio ambiente”.
Hacia la nutrición personalizada
En el entorno de la nutrición personalizada, que responde a las necesidades biológicas y a las distintas intolerancias alimentarias, existen ya empresas europeas que venden impresoras 3D junto con láminas de polifenoles, bacterias probióticas, magnesio o calcio, entre otros, para que el consumidor pueda, basándose en el estado de su microbioma que le haya anunciado su herramienta de detección, crear una golosina que cubra esas carencias nutricionales. Destaca también el caso de la navarra Cocuus, empresa participante en la tercera edición de la aceleradora agroalimentaria Orizont, gestionada por Sodena, que imprime en 3D análogos de comida con purés personalizados para población con problemas de deglución.
Además de estos aspectos, la alimentación del futuro también está centrada la creación de envases más sostenibles, activos e inteligentes, que ayuden a conservar mejor las propiedades del alimento, en la reducción de los tiempos de producción y recogida de los cultivos, y mejora de las condiciones de determinadas plantas para que sobrevivan en condiciones climatológicas extremas. Pero los avances tecnológicos no se centran únicamente en la alimentación: la agricultura utiliza cada vez más técnicas de precisión y herramientas digitales para optimizar su producción. El objetivo es ayudar al agricultor en la toma de decisiones y optimizar el uso de recursos tanto naturales, como el suelo o el agua, y de otros tipos, como semillas, fertilizantes y productos fitosanitarios.
Un buen ejemplo de asistencia al agricultor en la toma de decisiones y optimizar el uso de recursos tanto naturales, como el suelo o el agua, y de otros tipos, como semillas, fertilizantes y productos fitosanitarios es el caso de la ‘startup’ navarra CO2 Revolution que con sus drones y semillas inteligentes pregerminadas reforesta zonas devastadas o de difícil acceso. Ha sido calificada como una de las 100 mejores ‘start up’ del mundo por el South Summit de 2018 por conseguir algo antes impensable: reforestar grandes extensiones de terreno en horas y con un bajo coste. Un modelo integral que además permite monitorizar el crecimiento del ecosistema.
El esfuerzo se centra en la lucha contra el cambio climático por medio de unas prácticas económicas más sostenibles y un uso más eficiente del agua y los insumos agrícolas, tal como se puso de manifiesto en la última Cumbre del Clima, celebrada en Madrid en el 2019. La protección del medio ambiente es indispensable en un mundo en el que somos conscientes de que los recursos del planeta son limitados y que la forma de obtención y producción de alimentos actual no es sostenible, por lo que no podrá cubrir las necesidades de toda la población.
Vínculo entre el mundo agro y la salud
La sociedad avanza hacia una cultura de la alimentación más desarrollada, en la que, además de adquirir buenos hábitos alimenticios, es importante conocer la procedencia y la calidad de los productos que consumimos y, sobre todo, el tratamiento que se les ha dado en su proceso de producción. Ejemplo de esto es la empresa navarra Pentabiol, que desarrolla productos postbióticos para animales destinados al consumo humano que, mejorando de forma natural su flora intestinal y su sistema digestivo, crecen más sanos y fuertes, mejoran notablemente su sistema inmunitario, así como la respuesta ante afecciones como disbiosis intestinal, de esta manera se consigue una reducción de la ingesta de antibióticos por parte de los animales que de formar posterior van a estar destinados para el consumo humano
El sector biotecnológico agroalimentario en España
El sector biotecnológico español ha avanzado durante este 2021, especialmente en el ámbito agroalimentario. Muchos de los avances descubiertos son posibles gracias a los acuerdos entre entidades para impulsar la investigación. Para citar algunos ejemplos de esta colaboración, cabe destacar la colaboración de Agrocode Bioscience con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas para desarrollar la tecnología Priming, para mejorar la resistencia de plantas a condiciones adversas; o el acuerdo de VLP Bio y Bayer Animal Health para investigar y desarrollar inmunoterapias veterinarias.
Otro buen ejemplo de fomento y potenciación de la implementación de innovación disruptiva en el sector es el ofrecido por Sodena a través de la mencionada aceleradora Agroalimenaria navarra, Orizont, que facilita el contacto entre iniciativas emprendedoras y ‘startups’, de origen local, nacional o internacional, que quieran desarrollarse a través de la colaboración real con empresas líderes en el sector agroalimentario. En estas colaboraciones se consiguen abordar proyectos de innovación compartida con ‘startups’ mucho más creativas, dinámicas y flexibles a la hora de mejorar ciertos aspectos como la sostenibilidad, la economía circular y la innovación”.
Destaca también la aplicación de tecnología innovadora, como drones y satélites para monitorizar el rendimiento de cultivos y tierras. Una de las compañías especializadas en este tipo de tecnología es Bayer Crop Science. Richard Borreani, responsable de Public Affairs, Sciende & Sustainability de la firma explica: “La gran ventaja es la variabilidad. Ahora cada zona de la parcela tiene sus propios datos y se adapta la aplicación de semillas y de fertilizantes en función de ellos y así se aplica cuándo es necesario y a la dosis necesaria. El beneficio y la optimización están muy claros”. Por ejemplo, los drones aportan información sobre las plagas de los cultivos y determinan el momento de aplicación de pesticidas para usar mínima cantidad.
Fuente: elperiodico.com