Cielomoto: otros sonidos misteriosos que la ciencia no logra explicar pero que pueden escucharse
En todos los casos se convirtieron en un enigma para los expertos. Cuáles y cómo son, y de dónde provienen
El sonido bien puede definirse como aquella sensación o impresión producida en el oído por un conjunto de vibraciones que se propagan por un medio elástico, como es el aire. Y es la Acústica la rama de la Física encargada de su estudio.
De todas maneras, y más allá de cualquier identificación y de la prácticamente infinita variedad, aún existen sonidos que fueron informados y que aún resultan inexplicables para la ciencia. O al menos mantiene desvelados a los especialistas.
Algunos permanecieron durante décadas y décadas sin ser descubierto su origen, como el “Bloop”, un sonido extremadamente potente que tras años de investigación resultó ser causado por una enorme plataforma de hielo que se rompió en la Antártida.
¿Pero cuáles son estos sonidos que todavía no encuentran una explicación lógica que haga coincidir a los científicos? Aquí algunos para repasar:
Una serie de sonidos tipo trompetas o zumbidos provenientes del cielo comenzó a llamar la atención nuevamente en esta época de cuarentena por el coronavirus. Se trató de un fenómeno atmosférico conocido cielomoto.
La explicación científica que concentra más apoyo apunta al choque de masas en la atmósfera. Como el aumento de temperatura, el movimiento del aire resulta extremadamente violento, generando una onda de choque, que deriva en llamativos sonidos provenientes del cielo.
Pero hay explicaciones probables. Una está vinculada a aviones militares que rompieron la barrera del sonido. Otra, que como el fenómeno se da con más frecuencia en las regiones cercanas a las costas, apunta a olas rompiendo contra los acantilados.
La lista de completa con meteoritos que avanzan hacia la atmósfera, ondas de choque causadas por eyecciones de masa coronal del Sol que se estrella contra el campo magnético de la Tierra; y hasta erupciones de volcanes. Pero lo cierto, es que aún no hay coincidencia.
El zumbido
También conocido como Hum, aseguran que apenas puede ser escuchado por el 2% de la población. Generalmente presente en interiores, se vuelve más potente por la noche y está más presente en zonas rurales y suburbanas.
Se trata de un sonido constante de baja frecuencia, que incluso aseguran que los tapones en los oídos no ayudan a bloquearlo. Con un primer registro en la década del ’60, de Canadá a México y de Escocia a Nueva Zelanda, hay quienes dudan de que el zumbido sea un sonido físico y hasta lo atribuyen a factores psicológicos.
Otras teorías ponen como causa posible temblores de tierra, apareamiento de peces y líneas eléctricas o de gas. Surgió además un estudio del geocientífico David Deming, de la Universidad de Nebraska, que sugiere que el zumbido puede ser el resultado de transmisiones de radio de muy baja frecuencia (VLF) utilizadas por poderes militares, refleja el portal Cosmos.
Otra investigación sugiere que el Hum proviene de fenómenos naturales terrestres o geológicos. Porque es un hecho estudiado que los animales parecen ser capaces de predecir terremotos, por lo que quizás algunos humanos tienen el mismo mecanismo.
Ballena de los 52 Hz
Las ballenas siempre han causado una atracción muy particular. Para quienes quieren cazarlas, claro está, pero también para los que pagan por verlas en las aguas o algún oceanario. Pero hay una llamada distintiva de ballena que es diferente a cualquier otra.
El sonido fue rastreado en el Pacífico Norte por hidrófonos de la Marina desde 1992, pero nunca visto ni estudiado de cerca. Comparten ciertas similitudes con otras especies similares, pero sus llamadas cortas y frecuentes están a 52 Hertz inusuales. Esto implica, mucho más altas que las ballenas azules (entre 10–39 Hz) y las de aleta a (20 Hz).
Los científicos especulan que proviene de un animal que puede estar malformado o tratarse de un híbrido. Otros simplemente sugieren que puede cantar en un dialecto. Aunque el sonido ha sido bautizado como la llamada de “la ballena más solitaria del mundo”, los expertos en la materia se animan a aventurar que otras ballenas definitivamente pueden escucharla, y hasta responder.
Colosos de Memnón
Al oeste del río Nilo, cerca de Luxor, Egipto, asoman dos enormes estatuas gemelas de piedra: los Colosos de Memnón, un homenaje al faraón Amenhotep III.
La historia se remonta muy atrás, al año 27 antes de Cristo. Por entonces, un terremoto destrozó parte de una de las estatuas colosales, rompiendo la sección inferior y derrumbando la parte superior.
Sin embargo, pronto los habitantes descubrió algo inquietante: la estatua comenzó a “cantar”. El sonido generalmente llegaba al amanecer y se registraba principalmente en febrero o marzo, aunque eso probablemente indica la temporada turística (atraía miles de visitantes) en lugar de una tendencia real.
¿Cómo sonaba? El historiador y geógrafo griego Strabo señaló que se parecía al sonido de “un golpe”, mientras Pausanias, un viajero y geógrafo coterráneo, lo comparó con “la cuerda de una lira que se rompe”.
En la actualidad, los científicos especulan que la causa fue un aumento del calor y la humedad en las ruinas de la piedra cuando salió el sol. De todos modos resulta imposible justificar su argumento, dado que el emperador romano Septimio Severo ordenó reparar los daños del terremoto, y el canto finalmente desapareció.
Upsweep
Detectado por primera vez en el océano Pacífico en 1991 por los conjuntos de hidrófonos autónomos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, el Upsweep se compone de un largo tren de sonidos que se extiende repetidamente hacia arriba como un aullido sobrenatural, de baja a alta frecuencia.
Según refleja la publicación Cosmos, varía a lo largo del año y alcanza su punto máximo durante primavera y otoño, aunque los científicos todavía no logran descubrir la razón.
¿Por qué lado viene la explicación del Upsweep? La mira está colocada en los volcanes submarinos, aunque, claro está, sin una confirmación de la ciencia. Se cree que el sonido puede ser el resultado de la lava caliente que se vierte en agua de mar fría. Aunque todavía puede ser detectado, el nivel fue disminuyendo a lo largo de los años.
Fuente: clarín.com