China experimenta con ADN humano para hacer soldados resistentes a la radiación
Investigadores chinos han usado la ingeniería genética para insertar un gen del diminuto oso de agua en células embrionarias humanas y aumentar su resistencia a la radiación
Un equipo de científicos militares de China afirma haber modificado células madre embrionarias humanas con un gen de los osos de agua, también conocidos como tardígrados. Estos diminutos animales suelen medir menos de un milímetro y tienen una sorprendente capacidad de soportar la radiación solar incluso en el espacio, fuera de la protección de nuestra atmósfera. Los investigadores aseguran que las células modificadas con este gen han aumentado significativamente su resistencia a la radiación y que este descubrimiento puede ayudar a crear soldados superresistentes que puedan sobrevivir la exposición a armas nucleares.
La modificación genética de embriones humanos es un campo muy polémico que genera encendidos debates entre los científicos. Su investigación está limitada a los primeros días de vida de los embriones, generalmente 14, aunque ya hay voces que reclaman ampliar ese límite hasta los 21 días porque, según ellos, podría avanzar en nuestro conocimiento científico y terapéutico dramáticamente.
Este tipo de modificaciones genéticas promete traer nuevos tratamientos que ayuden a acabar con enfermedades tan letales como las cardiopatías, el cáncer o el alzhéimer. Pero también tienen un lado oscuro, ya que su aplicación no es segura todavía y, como contamos en el episodio 4 de Control Z: La Aristocracia Genética, desarrollarlas sin control puede servir para disparar la desigualdad a niveles que no hemos visto desde el medievo.
El equipo de la Academia de Ciencias Militares de Pekín, asegura haber encontrado un método para introducir un gen de los tardígrados en el ADN humano usando la conocida herramienta de edición genética CRISPR-Cas9. Los resultados de sus experimentos están publicados en un artículo de la revista china ‘Military Medical Sciences’, del que se ha hecho eco el South China Morning Post.
Cómo lo han conseguido
Los tardígrados son unos minúsculos animales de ocho patas que se encuentran en los siete continentes y que son extremadamente resistentes. Han sobrevivido a experimentos donde los han expuesto a -200 grados centígrados, a más de una hora en agua hirviendo o a la radiación solar del espacio, siendo el único animal conocido en conseguirlo.
Esta fortaleza se debe en parte a uno de sus genes que genera un escudo de proteínas capaz de proteger a las células de la radiación y de los daños ambientales. Los investigadores chinos han tomado células madre embrionarias —capaces de convertirse en cualquier tipo de célula— y les han insertado el gen que construye el escudo celular de los tardígrados.
El equipo advierte en su estudio del peligro que supone añadir un gen extraño a células embrionarias humanas. Esta modificación puede provocar mutaciones perjudiciales o incluso la muerte de las células debido a la brecha genética entre ambas especies. Las proteínas escudo, dicen, son “exclusivas de los osos de agua y se desconoce la respuesta inmunitaria tras la expresión entre especies, lo que puede dar lugar a algunos problemas de seguridad”.
Sin embargo, el resultado de su experimento fue sorprendentemente positivo. Los investigadores sostienen que sus análisis genéticos no encontraron mutaciones en los cromosomas de las células modificadas y que las células funcionaban con normalidad, llegando a crecer más rápido que la media en algunas fases de desarrollo. También observaron que casi el 90% de las células embrionarias humanas portadoras del gen del oso de agua fueron capaces de sobrevivir a una exposición letal a la radiación de rayos X.
El siguiente paso para el equipo es transformar las células madre embrionarias modificadas con el gen del tardígrado en células hematopoyéticas, que tienen la capacidad de transformarse en todos los tipos de células sanguíneas. Los científicos aseguran que su investigación puede ayudar a aumentar las probabilidades de que los humanos sobrevivan a un gran evento nuclear. Las células modificadas podrían implantarse en la médula ósea para generar nuevas células sanguíneas resistentes a la radiación, según explican en su artículo.
“La enfermedad aguda por radiación (ERA) es un problema médico al que se enfrentan el personal militar, los civiles y los trabajadores de emergencias cuando responden a accidentes nucleares y al terrorismo nuclear”, afirman los investigadores.
Aunque también puede servir para tratar enfermedades más habituales. El gen de los osos de agua, dice el equipo, “desempeña un papel protector del ADN celular contra el estrés oxidativo, que es fundamental para el desarrollo de muchas enfermedades, como el cáncer, el envejecimiento, la diabetes, la inflamación y la enfermedad de Parkinson”.
Sin embargo, no está claro que este último desarrollo vaya a efectuarse. Desde que el experimento del científico chino He Jiankui en 2019 escandalizara al mundo por modificar genéticamente los embriones de las gemelas Lulu y Nana, China ha extendido la limitación a la experimentación genética con células embrionarias humanas.
Pero el hecho de que este descubrimiento se haya hecho en una revista militar puede abrir la posibilidad a nuevas vías de financiación opacas y que están fuera del control de la comunidad científica. “El propósito del experimento de edición genética es cambiar los genes humanos”, sostiene para el medio hongkonés un investigador que pidió no ser nombrado por miedo a las represalias. “Primero se pretende curar enfermedades. Luego, el capital se unirá y jugará su rol. Y puede que este juego no tenga un final feliz”, asegura.
Fuente: elconfidencial.com