Charan Ranganath, neurocientífico experto en memoria: ‘Estamos diseñados para olvidar’
Se supone que la memoria es una biblioteca de todas nuestras experiencias pasadas. Pero esto no es así. La memoria es selectiva porque nuestro cerebro prioriza lo que es importante y no es fotográficamente precisa porque estamos diseñados para extraer significado del pasado.
«La memoria es maleable porque muchas veces es necesario actualizar nuestros recuerdos ante nueva información. Todas estas características de la memoria nos permiten ser inteligentes de una manera que no pueden ser igualadas por las supercomputadoras más poderosas del mundo y es que estamos diseñados para olvidar», según defiende el neurocientífico estadounidense y experto y referencia en el campo de la memoria desde hace casi tres décadas Charan Ranganath.
Y es que, ¿por qué los seres humanos no recuerdan todo lo que les sucede durante el día? ¿Por qué nuestra memoria es selectiva? ¿De qué depende esto? Acaba de publicar ‘Por qué recordamos’ (Península), un manual en el que pretende dilucidar éstas y otras cuestiones sobre la memoria del ser humano.
Evolutivamente no tiene sentido recordarlo todo
Miembro de la Fundación Guggenheim, y profesor de Psicología y Neurociencia en la Universidad de California, en Davis (Estados Unidos), explica que, desde una perspectiva evolutiva, no tiene sentido recordarlo todo. «Hay razones para creer que la mayoría de las personas en el mundo occidental están expuestas a entre 30 y 60 gigabytes de información al día. ¿Te imaginas almacenar tanta información a lo largo de tu vida?», advierte.
Es más, sostiene que nuestros cerebros son «muy eficientes» porque no están diseñados para almacenarlo todo. «En cambio, el cerebro humano está diseñado preferentemente para formar recuerdos que nos ayudarán a afrontar los desafíos del futuro», precisa.
A su vez, precisa en su opinión «algo importante», y es que olvidar es una «parte crítica» de cómo funciona la memoria, por lo que tener una «buena memoria» significa que no se debe recordar la mayor parte de los detalles de la vida.
«Si tuviéramos que memorizar todo lo que hemos experimentado, nuestro cerebro se atascaría con todo tipo de información inútil, como contraseñas temporales, los números de habitaciones de los hoteles en los que nos hospedamos hace años, y los rostros de las personas que hemos visto en las filas de seguridad de los aeropuertos. Las personas que tienen algunas capacidades de memoria excepcionales no son más felices ni más exitosas que aquellas que no las tienen y, de hecho, a menudo, tienen problemas porque no pueden olvidar los errores que han cometido en el pasado», remarca este neurocientífico estadounidense.
Cómo se forman los recuerdos
Actualmente Ranganath dirige el Dynamic Memory Lab y es pionero en el uso de técnicas de imágenes cerebrales como las resonancias magnéticas funcionales (IRMf) para estudiar los mecanismos cerebrales que nos permiten recordar eventos pasados. Detalla que los recuerdos se forman en redes de neuronas, células del cerebro que se comunican entre sí cuando pensamos, hablamos, sentimos, y nos movemos.
«Cuando tenemos una experiencia, como oler un pastel que hizo tu abuela, algunas de estas neuronas pueden estar activas y las conexiones entre ellas pueden fortalecerse. Más adelante, si hueles un pastel similar, algunas de esas neuronas se reactivarán, permitiéndonos volver a experimentar esa sensación que tuviste cuando ella te hizo ese pastel», añade.
De hecho, menciona que la ‘plasticidad neuronal’ es el término científico para los cambios en las conexiones entre neuronas que ocurren durante el aprendizaje: «Hay sustancias químicas en el cerebro que impulsan la plasticidad, como la dopamina, la noradrenalina, la serotonina, y el cortisol, que nos ayudan a priorizar los recuerdos de experiencias aterradoras, gratificantes, reconfortantes, sorprendentes, o por el contrario novedosas».
Éste es el tipo de información que habría ayudado a nuestros antepasados? a sobrevivir, tal y como prosigue. ¡No querrás recordar una conversación mundana, ni un recuerdo de una época en la que fuiste atacado por un oso!
Por qué nuestra memoria empeora con la edad
Con ello, le preguntamos por ese declive inevitable de la memoria con el paso del tiempo y es que, tal y como reconoce, la memoria tiende a empeorar con la edad porque, a medida que envejecemos, se producen cambios en el funcionamiento de la corteza prefrontal, una región del cerebro que nos ayuda a prestar atención, evitar que nos distraigamos, y a encontrar la información que buscamos en la memoria.
«La corteza prefrontal es una región del cerebro que hace que la memoria sea útil. A medida que envejecemos, la corteza prefrontal no funciona tan eficientemente y nos encontramos luchando cuando tenemos que encontrar la información correcta en la memoria porque nos distraemos, o nos atascamos cuando recuperamos el recuerdo equivocado», afirma este experto.
¿Borramos los malos recuerdos?
A su vez, mantiene que nuestra mente no es capaz de borrar los malos recuerdos, y precisa que los recuerdos de eventos que son emocionalmente intensos (ya sean malos o buenos) tienden a ser priorizados por el cerebro, y es por eso que a las personas les resulta difícil deshacerse de los recuerdos de eventos traumáticos: «El trastorno de estrés postraumático es el ejemplo más extremo con el que las personas se sienten atormentadas por recuerdos recurrentes de una experiencia traumática».
Sin embargo, en promedio, indica Ranganath que las personas tienden a tener un sesgo de memoria positivo, en el sentido de que tienden a enfatizar las experiencias positivas cuando reflexionan sobre el pasado. De hecho, destaca que este sesgo aumenta a medida que las personas envejecen, por lo que, aunque ya no recordamos tanto como antes, tendemos a tener más optimistas y positivos a medida que envejecemos.
Por qué unas personas recuerdan mejor que otras
Otra de las cuestiones que muchos barajamos es qué relación tiene la genética con nuestra memoria o por qué algunas personas tienen mejor memoria que otras. Este experto mantiene que realmente esto es desconocido, si bien apunta que hay algunos genotipos que se asocian con un peor rendimiento en las pruebas de memoria, pero estos no son efectos muy importantes.
«La mayor parte de los investigadores probablemente dirían que las personas difieren en sus capacidades de memoria, pero simplemente no sabemos lo suficiente para decir en qué pueden diferir. Dudo mucho de que algunas personas sean simplemente buenas y otras malas. Las personas que tienen una muy buena capacidad para recordar acontecimientos de sus vidas no necesariamente tienen una mejor capacidad para recordar información de una historia, o para memorizar palabras o caras», agrega.
Reconoce que existen los llamados ‘problemas de aprendizaje’ que, en realidad, «no tienen que ver con la memoria en absoluto», tal y como asegura, sino que son trastornos que afectan el procesamiento sensorial (como la dislexia), o la atención (como el TDAH). «Pero no tenemos pruebas sólidas que sugieran que algunas personas simplemente tengan mejor memoria», añade.
Los niños y su implacable memoria
Aquí resalta el caso de los niños y su brillante memoria, y el hecho de que aprenden muy rápido porque tienen un alto grado de plasticidad neuronal. «Por eso, también, es fácil aprender una segunda lengua durante la primera infancia. Pero los niños tampoco son tan buenos como los adultos para recordar experiencias específicas de sus vidas, una capacidad llamada ‘memoria episódica'».
A veces, incluso si formamos los recuerdos correctos, no podemos recuperarlos porque en el cerebro humano los recuerdos no son independientes unos de otros, precisa este neurocientífico estadounidense. De hecho, advierte de que compiten entre sí: «Cuando tienes que recordar algo que es muy similar a otras experiencias que has tenido, la competencia puede dificultar que recuerdes la información que buscas. Eso explica el tipo de cosas que olvidamos con más frecuencia. Si intentas recordar dónde dejaste las llaves, el recuerdo que buscas compite con los recuerdos de otros lugares donde las dejaste».
Fortalecer en el día a día nuestra memoria es posible así
En este sentido, Charan Ranganath mantiene que cuando estamos bajo estrés, las áreas del cerebro que son importantes para recordar los recuerdos pasados, como la corteza prefrontal, se cierran. «Eso hace que sea difícil recordar la información que estamos buscando cuando la necesitamos. Además, cuando tenemos muchas cosas que hacer, podemos distraernos mucho y eso nos lleva a tener recuerdos fragmentados y borrosos», subraya este experto en memoria.
Es por ello por lo que le pedimos unos consejos para el día a día de cara a fortalecer nuestra memoria, precisando aquí que conforme nos vamos haciendo mayores, los mejores consejos o tips para la memoria se basan en adoptar un estilo de vida saludable y dejar atrás aquellos hábitos que sean contraproducentes:
- Dieta sana.
- Ejercicio aeróbico.
- Relaciones sociales.
- Dormir bien.
- Abordar lo antes posible la pérdida auditiva.
Y en el corto plazo apunta los siguientes:
1. Imagínese recordando: A menudo no recordamos cosas que debemos hacer en el futuro, como acordarnos de ir a una cita con el médico, o de sacar la basura el día de la recolección de basura; la capacidad de recordar hacer cosas en el futuro se llama ‘memoria prospectiva’ y puede hacerla funcionar imaginando los tipos de señales que tendrá cuando se supone que debe realizar una tarea futura.
Por ejemplo, la noche antes de su cita con el médico, puede imaginarse tomando el café de la mañana y luego mirando su calendario; para acordarte de sacar la basura, imagínate caminando hacia la puerta de tu casa y al ver el cerrojo de la puerta, te das la vuelta y miras el bote de basura; más adelante, el café y el candado te recordarán lo que acabas de imaginar y eso te ayudará a recordar lo que debes hacer.
2. Ponte a prueba: si estás intentando memorizar algo, no te lo repitas ni lo leas repetidamente; cierra los ojos e intenta ponerte a prueba extrayendo la información de la memoria; si no puedes recordar la respuesta, cuando la veas, tu cerebro puede reparar tu memoria defectuosa y fortalecerla para que puedas acceder a ella en el futuro; incluso puedes beneficiarte si te pones a prueba antes de aprender; por ejemplo, si estuvieras intentando aprender una palabra en suajili podrías verla e intentar adivinar su significado antes de ver la respuesta. ¡Parece una locura, pero puede ser fantástico para la memoria!
3. Utiliza la intención para dirigir tu atención: muchas veces no recordamos algo porque nunca le prestamos la atención adecuada, o nos distrajimos antes de que realmente tuviéramos tiempo de pensar en ello; si hay algo que querrá o necesitará recordar más adelante, como la primera fiesta de cumpleaños de su hijo o los nombres de personas importantes con las que necesitará trabajar, primero concéntrese en lo que quiere recordar; desactiva las alertas no esenciales en tu teléfono y mira, y no realices múltiples tareas (como mirar mensajes de texto); no tomes fotografías y vídeos sin sentido, sino utiliza una cámara para documentar las cosas específicas que querrás recordar más adelante.
Fuente: infosalus.com