La glucosa es el azúcar que absorbemos de los alimentos que comemos. Es el combustible que energiza todas las células de nuestro cuerpo. Un avance tecnológico reciente abre las puertas a utilizar la glucosa también para energizar los implantes médicos del futuro.
El equipo de Philipp Simons, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, y Jennifer L.M. Rupp, de la Universidad Técnica de Múnich en Alemania, ha diseñado un nuevo tipo de celda (célula) de combustible basada en la glucosa que genera electricidad a partir de esta. El dispositivo es más pequeño que otras celdas de combustible de glucosa propuestas, ya que solo mide 400 nanómetros de grosor, es decir, aproximadamente una centésima parte del grosor de un cabello humano. La nueva celda de combustible genera unos 43 microvatios de electricidad por centímetro cuadrado, logrando la mayor densidad de potencia de entre todas las celdas de combustible de glucosa ideadas hasta la fecha en condiciones ambientales normales.
El nuevo dispositivo es capaz de soportar temperaturas de hasta 600 grados centígrados. Si se incorpora a un implante médico, puede permanecer estable a través del proceso de esterilización a alta temperatura que requieren todos los dispositivos implantables.
El corazón del nuevo dispositivo está hecho de cerámica, un tipo de material que conserva sus propiedades electroquímicas incluso a altas temperaturas y a escala nanométrica.
El equipo de investigación cree que la nueva celda de combustible de glucosa podrá aplicarse en forma de películas o revestimientos ultrafinos y envolver con ella los implantes intracorporales para así alimentar de electricidad la electrónica de tales implantes, aprovechando la disponibilidad de la glucosa en el cuerpo.
Simons, Rupp y sus colegas exponen los detalles técnicos de su dispositivo en la revista académica Advanced Materials, bajo el título de «A Ceramic-Electrolyte Glucose Fuel Cell for Implantable Electronics».
Fuente: noticiasdelaciencia.com