Cartografían por primera vez la mente musical
Las personas con entrenamiento musical muestran mayor actividad en ciertas áreas del cerebro
Investigadores japoneses han logrado cartografiar y caracterizar por primera vez una especie de mente musical: en el cerebro, algunas áreas se activan más para procesar la música y relacionarla con el lenguaje. Esto permite que tanto los músicos como los neófitos disfruten por igual de las creaciones musicales.
Un nuevo estudio liderado por investigadores de la Universidad de Tokio, en Japón, ha logrado describir por primera vez un vínculo específico entre el procesamiento musical y las áreas del cerebro asociadas con el procesamiento del lenguaje.
Estos espacios de interconexión neuronal formarían una mente musical: gracias a ella, todos los seres humanos somos capaces de disfrutar de la música, de manera independiente a nuestro entrenamiento o conocimientos sobre el lenguaje musical.
La música es uno de los rasgos únicos que nos marcan como humanos, de la misma forma que el lenguaje. Aunque se han reconocido habilidades rítmicas y melódicas en distintas especies de mamíferos y aves, ninguna especie ha logrado estructurar un lenguaje tan complejo como la música en sus múltiples y variadas manifestaciones, incluyendo distintas dimensiones como el tono o el tempo.
Sin embargo, la base neuronal que posibilita la organización del lenguaje musical en el área cortical del cerebro no ha logrado ser entendida en profundidad hasta el momento.
Según una nota de prensa, el nuevo estudio, publicado en la revista Cerebral Cortex, ha logrado un importante avance en cuanto a la ubicación y la caracterización de una mente musical en el ser humano: determinadas regiones cerebrales se muestran más activas en las personas con entrenamiento musical, aunque tanto los expertos como quienes no han sido formados en música presentan relaciones entre áreas ligadas al procesamiento musical y lingüístico.
Las dimensiones de la música
Los científicos obtuvieron imágenes cerebrales de un grupo de estudiantes de secundaria mientras realizaban una tarea centrada en la observación musical. Los voluntarios, divididos en grupos según su grado de entrenamiento en música, debían intentar reconocer errores en una pieza con relación a cuatro propiedades o dimensiones de la música: el tono, que marca la altura de una nota en función de su carácter agudo o grave, el tempo, que determina la rapidez con la cual se tocan las notas, el estrés o la fuerza que debe tener una nota y la articulación, que indica cómo se estructuran las notas.
Un detalle importante es que parte de los participantes en el estudio estaban entrenados en el denominado método Suzuki, una técnica de aprendizaje musical que combina los aspectos técnicos de la música con ideas provenientes del lenguaje natural. Precisamente, esta noción es la que buscaban explorar los investigadores: ¿hasta qué punto la música y el lenguaje están relacionados en el cerebro?
El grupo de científicos liderado por el profesor Kuniyoshi L. Sakai logró obtener imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), que revelaban la dinámica neuronal en los cerebros de los voluntarios mientras realizaban la tarea de análisis musical. A partir de esta tecnología, pudieron producir modelos dinámicos en 3D de la actividad de los cerebros: verdaderos mapas de la “mente musical” en pleno funcionamiento.
La música y el lenguaje: una estrecha relación
Entre las principales conclusiones, pudieron identificar que los voluntarios entrenados en el método Suzuki mostraron algunos patrones únicos de activación en áreas del hemisferio derecho, asociadas con la emoción y la melodía, específicamente al analizar la dimensión del tempo en la pieza musical.
Además, tanto los entrenados con la técnica Suzuki como los participantes con conocimientos musicales entrenados con otros métodos mostraron más actividad cerebral general que los neófitos, especialmente al identificar las propiedades de tono y articulación.
Sin embargo, los investigadores comprobaron que, independientemente de la experiencia musical del voluntario, el área especializada en gramática, sintaxis y otros aspectos del lenguaje en el hemisferio izquierdo, se activaba al enfocarse en la dimensión de articulación de la pieza musical. Esto permite concluir que existe una relación directa entre el procesamiento del lenguaje y la música, haciendo posible que cada ser humano pueda ser partícipe del placer de escucharla y sentirla.
Fuente: epe.es