Captan por primera vez la formación de un enorme cráter en el Sistema Solar
«Este es el cráter nuevo más grande que jamás hayamos visto», dijo la dra. Ingrid Daubar de la Universidad de Brown
Sondas espaciales registraron la formación de un gran cráter de impacto en Marte, el más grande del Sistema Solar jamás captado en el acto de su formación.
Un objeto del tamaño de una camioneta excavó un hoyo de 150 metros de ancho en el planeta rojo, arrojando escombros a una distancia de hasta 35 km.
Los científicos detectaron el evento usando el sismómetro en el módulo de aterrizaje InSight de la agencia espacial estadounidense, la NASA. La sonda recogió las vibraciones del suelo.
La confirmación provino de imágenes tomadas por otra misión de la NASA: el Mars Reconnaissance Orbiter (Orbitador de Reconocimiento de Marte), MRO por sus siglas en inglés. Este satélite toma imágenes en forma rutinaria del planeta y podría revelar el antes y el después de una gran perturbación en la superficie, captada en el momento exacto y en la dirección y distancia esperadas (3.500 km) de InSight.
“Este es el cráter nuevo más grande que jamás hayamos visto”, dijo la dra. Ingrid Daubar de la Universidad de Brown. “Tiene alrededor de 150 metros de ancho, o el tamaño de unas dos cuadras en una ciudad. Aunque los meteoritos golpean el planeta todo el tiempo, este cráter es más de 10 veces mayor que los nuevos cráteres típicos que vemos formándose en Marte”.
“Pensamos que un cráter de este tamaño podría formarse en algún lugar del planeta una vez cada pocas décadas, por lo que fue muy emocionante poder presenciar este evento”.
La observación posterior al impacto muestra que se han excavado enormes trozos de hielo enterrados, que fueron arrojados alrededor de los bordes del cráter. Nunca antes se había visto hielo de agua enterrado tan cerca del ecuador de Marte.
Dichos depósitos serían un recurso importante para futuras misiones humanas al planeta.
“Ese hielo se puede convertir en agua, oxígeno o hidrógeno. Eso podría ser realmente útil”, señaló Lori Glaze, directora de ciencia planetaria de la NASA.
Ondas superficiales
Utilizando su sismómetro construido en Francia y Reino Unido, el módulo de aterrizaje Insight de la NASA detectó más de 1300 sismos en Marte desde su llegada en noviembre de 2018.
Pero el temblor de magnitud 4 resultante de este evento en particular, que ocurrió el 24 de diciembre de 2021, despertó de inmediato el interés de los científicos de la misión porque presentaba las llamadas “ondas superficiales”.
La gran mayoría de los terremotos detectados por InSight han producido las tradicionales ondas primarias y secundarias, asociadas con movimientos de rocas en las profundidades del planeta.
Sin embargo, las ondas recién detectadas viajaban en la parte superior de Marte, a través de su corteza.
“Esta es la primera vez que se observan ondas sísmicas superficiales en un planeta que no sea la Tierra. Ni siquiera las misiones Apolo a la Luna lo lograron”, afirmó Doyeon Kim del Instituto de Geofísica de ETH Zurich y autor principal de los estudios publicados esta semana en la revista Science.
El reconocimiento de ondas superficiales también permitió a los investigadores identificar un segundo impacto de meteorito.
Este segundo choque tuvo lugar el 18 de septiembre de 2021 y ocurrió aproximadamente a 7500 km de InSight. Fue un evento un poco más pequeño y produjo un conjunto de cráteres, el mayor de los cuales tiene 130 metros de diámetro.
La dicotomía de Marte
Los científicos creen que ambos impactos pueden proporcionar nuevos datos sobre el interior de Marte. Mientras que los terremotos de origen profundo aportan información sobre la estructura y composición del manto y núcleo del planeta, las ondas superficiales revelan nuevos detalles sobre la corteza.
Los investigadores señalaron que entre el módulo de aterrizaje InSight y los sitios de impacto, la corteza tiene una estructura muy uniforme y una alta densidad. Esto contrasta con las tres capas de corteza de baja densidad reveladas anteriormente directamente debajo de InSight.
Esta información también podría ayudar a dilucidar la famosa dicotomía de Marte: la observación de que el hemisferio norte del planeta es bajo y relativamente plano, mientras que el hemisferio sur es alto y montañoso.
Los investigadores se han preguntado si esta diferencia se debe a que la corteza en estas regiones está compuesta de diferentes materiales.
Pero los nuevos datos de ondas superficiales y su sugerencia de uniformidad generalizada en la corteza implicarían que esta teoría probablemente no sea la mejor explicación.
Ben Fernando de la Universidad de Oxford es un científico de la misión InSight.
“Las observaciones de InSight en la zona de transición entre el norte y el sur han sido realmente valiosas, porque claramente la corteza evolucionó de formas muy diferentes en esas regiones del planeta”, señaló el científico a la BBC.
“Cómo y por qué esas regiones se desarrollaron de la forma en que lo hicieron sigue siendo una pregunta abierta, pero creo que estos eventos de impacto probablemente han arrojado más luz sobre este tema que cualquier otra cosa que hayamos hecho hasta ahora en la misión”.
Hay muchos cráteres en Marte, consecuencia de miles de millones de años de bombardeo de rocas que se desplazan por el espacio. Algunos son verdaderos gigantes. La cuenca de Hellas es una estructura de impacto de más de 2000 km de diámetro.
Pero los impactos de 2021 son significativos porque los científicos tienen los datos del instrumento registrándolos en el momento de su creación.
“Algo así como (el objeto que causó el impacto en Marte del 24 de diciembre) golpea la Tierra varias veces cada década, pero se quema de forma segura en la atmósfera o deja caer algunos meteoritos. Fuimos increíblemente afortunados de captar este impacto mientras InSight estaba atento”, comentó el profesor Gareth Collins de Imperial College en Londres.
La misión InSight se está acercando a su fin. El polvo se está depositando en sus paneles solares, reduciendo su eficiencia.
“En un próximo período corto de tiempo, tal vez entre cuatro y ocho semanas como mejor podemos predecir, se espera que el módulo de aterrizaje no tenga suficiente energía para seguir operando”, dijo a los periodistas el investigador principal de la misión, Bruce Banerdt.
Fuente: elciudadano.com