Campo magnético de las estrellas jóvenes les permite alimentarse y crecer
Investigación confirma una teoría formulada hace tres décadas
Un equipo liderado por el Instituto Max Planck de Alemania usó el instrumento Gravity para estudiar una estrella joven cercana a la Tierra, con un detalle que nunca se había conseguido hasta ahora.
La investigación confirma una teoría formulada hace tres décadas sobre el crecimiento de las estrellas jóvenes, que señala que su campo magnético dirige el gas y el polvo desde el disco de acreción que rodea a la estrella hacia la superficie.
Estos datos ayudarán a los astrónomos a entender mejor cómo se forman las estrellas como nuestro Sol y cómo se producen planetas similares a la Tierra a partir de los discos que rodean a estos bebés estelares.
Cuando una estrella empieza a formarse está en la zona profunda de una nube de gas y, durante los siguientes cientos de miles de años, atrae hacia ella cada vez más gas circundante, aumentando su masa.
Los expertos ha encontrado la «evidencia más directa hasta ahora» de cómo ese gas es canalizado hacia las estrellas jóvenes, que es «guiado por el campo magnético de la estrella hacia la superficie en una columna estrecha», explica el Instituto Max Planck.
El estudio se centra en el estrella TW Hydrae, ubicada a 196 años luz de la Tierra, la cual observaron usando el instrumento Gravity, que tiene gran resolución y combina el uso de cuatro telescopios.
«Esta estrella es especial porque está muy cerca de la Tierra» y el disco de materia que la rodea está directamente frente a nosotros, lo que la convierte en «un candidato ideal» para investigar cómo la materia se canaliza hacia la superficie estelar, explicó la autora principal Rebeca García López.
La observaciones «apuntan claramente hacia un proceso conocido como acreción magnetosférica, es decir, la infiltración de materia guiada por el campo magnético de la estrella», explica el Max Planck.
Los objetos estelares jóvenes aún no han alcanzado su masa final y están rodeados por los restos de la nube de la que nacieron, en particular por gas que se contrae en un disco que rodea la estrella.
En las regiones exteriores de ese disco, el polvo y el gas se agrupan y forman cuerpos cada vez más grandes, que con el tiempo pueden convertirse en planetas.
Que el gas o el polvo caigan hacia un cuerpo masivo no es tan simple como se podría pensar, pues es «mucho más natural» orbitar una masa que caer directamente sobre su superficie, señala un comunicado.
Una de las razones por las que parte de la materia logra, sin embargo, llegar a la superficie es el disco de acreción, en el que el gas orbita la masa central.
Hace 30 años, se teorizó que los campos magnéticos de un objeto estelar joven guían ese gas desde el borde interior del disco hasta la superficie de la estrella en flujos en forma de columna.
Fuente: EFE